Gisel ya no quiere hablar de aquel sábado 3 de junio cuando delincuentes ingresaron a su casa y le dispararon en la cabeza frente a sus hijos. Le robaron un televisor y un celular y desde entonces están prófugos.
La víctima, que había sido mamá hacía dos meses, confesó a Arriba Córdoba que teme volver a su hogar de barrio Cooperativa Güemes. Actualmente se refugia en Anisacate junto a su familia. Aseguró que “es una decisión temporaria hasta que caigan los responsables que siguen libres”.
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La mujer estuvo internada en grave estado en el Hospital de Urgencias. Deseaba irse rápido porque extrañaba a sus cuatro hijos, quienes fueron testigos del horror. Cuando los delincuentes le dispararon y cayó al piso, cerró los ojos y simuló estar muerta. “Quería vivir por mis hijos. Creo que no he perdido la conciencia porque tenía tanto miedo que se metieran a la habitación donde estaban ellos”, contó.
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Para Gisel es volver a vivir después de estar casi muerta. Señaló que “es raro, es como empezar una nueva vida”. La bala aún sigue en su cabeza. En dos meses la operarán para colocarle una prótesis. Pero el día que se sacó la venda y se miró al espejo no pudo dejar de llorar por la cicatriz que le quedó en la frente: “No me gusta recordar”.
Su deseo es vivir lejos de Córdoba. El miedo la paraliza. Cuando volvió a su casa para buscar ropa no quería estar ahí. Aunque reconoce que en el barrio están sus amigos y vecinos que la van a contener.