El anuncio de la noticia estuvo lleno de orgullo. Fue la Comisión Interétnica de Estudiantes de Pueblos Originarios quien compartió a través de su cuenta de Facebook el siguiente mensaje: “Nueva compañera recibida".
La frase encierra el enorme esfuerzo de una mujer que no la tuvo fácil para llegar a un título universitario. Ni siquiera al final cuando la última mesa de examen de la materia Didáctica en enfermería que estaba prevista para el mes de mayo se pospuso para el 3 de julio por la cuarentena. Y, como sucede hoy en toda la Argentina, el examen fue por videollamada.
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“No es lo mismo que estén ahí los compañeros y te tiren todas las cosas pero acá estaba con mi hermano y con mi hijo y gracias a Dios salió todo bien”, cuenta Adela y explica la mezcla de emociones que sintió en ese momento: “Una sensación de muchas cosas, se me vinieron a la mente muchas cosas, yo me imaginé que me iba a recibir ahí en la facultad con los profesores y con todos pero no se pudo pero gracias a Dios lo pude lograr”
La imagen de su mamá también estuvo presente junto a su familia. Es que fue ella la que le enseñó desde siempre que el estudio era la forma de progresar: “Antes de morir mi mamá me volvió a decir que tenía que estudiar y no importan las dificultades que tenga pero debía estudiar y apoyar a mi papá ahora que quedaba solo”.
Un legado para la comunidad y las nuevas generaciones
Actualmente vive en Formosa. Con 43 años y una familia conformada por su marido y un hijo siente que logró llegar a la meta que buscó durante tanto tiempo. “Yo le digo siempre a mi gente, a mi comunidad que somos como la punta de la flecha que vamos marcando el rumbo, atrás viene otra generación que tomará la posta, yo hago esto por la nueva generación para que pueda profesionalizarse”, concluye Adela su charla.
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