Después de siete años, la Justicia de Córdoba condenó al dueño del Teatro del Sol por la muerte de Agustín Briolini, el joven músico que sufrió una descarga eléctrica y cayó fulminado en el escenario cuando estaba probando sonido para el show de su banda. Pablo Cava no irá a la cárcel pero estará inhabilitado por cinco años para actividades comerciales.
“Fue un calvario para nosotros sobrevivir todos estos años y esta condena nos deja un poco más tranquilos”, dijo a El Doce Nora Briolini, la mamá de la víctima, y agregó: “Luchamos para que esta causa llegue a juicio y también para que no se cajonee o prescriba”.
+ De los tres imputados, solo fue condenado el propietario del teatro:
El juez Luis Nazzis declaró culpable del delito de homicidio culposo al propietario del teatro, Pablo Cava, y sentenció la pena de tres años de prisión condicional, más cinco años de inhabilitación para actividades comerciales.
José Pascual Escalante y Federico Julián Murúa, sonidistas y amigos del músico fallecido, llegaron al juicio acusados del mismo delito y fueron absueltos. “Los chicos no tuvieron ninguna culpa y ahora se hizo justicia. En ese momento, el fiscal Mazzuchi usó a ellos dos de perejiles y los imputó sin saber nada”, manifestó la madre de Briolini.
Gisella Romina Rojas Ippoliti, abogada de la familia de la víctima, consideró la sentencia como “una condena ejemplar”.
El caso
Una descarga eléctrica provocó la muerte en el acto del joven que tenía tan solo 20 años y una promisoria carrera en la música cordobesa. El fatal desenlace ocurrió minutos antes de la presentación de su primer disco como líder de la banda Krebs, cuyas canciones eran de su autoría.
El estreno era a sala llena el 23 de noviembre de 2014 y había mucha expectativa en el ambiente musical de Carlos Paz. Pero la tragedia oscureció la tarde: Agustín sufrió una descarga mientras sostenía el micrófono que estaba conectado a una consola. Murió en los brazos de los compañeros de la banda.