El pasado 6 de septiembre, la pianista Elvira Ceballos perdió la vida a sus 70 años. Había estado varios días internada por un grave cuadro de neumonía. En su humilde casa de barrio Alto Alberdi dejó un valioso patrimonio cultural: pasaron cuatro meses de su deceso y ya comenzó la disputa por sus bienes.
Los sobrinos de la querida artista (hijos de una de sus dos hermanas, también fallecidas) denunciaron a una mujer de usurpar la vivienda. Aseguraron que solo les permitió ingresar para buscar la ropa para el velorio. Además, insistieron en que Elvira dejó asentado qué hacer con sus pertenencias en su libro titulado “Elvira Ceballos. Mitad mujer, mitad música”.
Sin embargo, Norma González –la mujer apuntada por la familia de Ceballos- dio su propia versión de los hechos y negó rotundamente que ese sea el destino de sus pertenencias. De acuerdo a lo que reveló en diálogo con Telenoche, se hicieron muy amigas hace 30 años, pero también fue su asistente.
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“Aquella tarde que me llamó para que vaya me dijo: 'Normita, hágase cargo de las llaves, no se las entregue a nadie'", expresó. “Cuando yo me muera, quiero que vuelva del cementerio y se meta en mi casa y quédese cuidándome las cosas. Yo voy a dejar todo escrito”, recordó que Elvira Ceballos le solicitó.
“Por supuesto que yo no lo hice, por respeto. Cómo me voy a meter a una casa si yo no tengo nada escrito”, se defendió González. Sin embargo, aún no recibió ninguna orden de un juez que indicara quiénes son los herederos ni tampoco el llamado de un abogado para hacerle entrega de la expresión de su última voluntad.
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