Pasaron dos meses de aquella pesadilla y su voz quebrada lo dice todo. A fines de diciembre pasado, un dramático episodio protagonizó el padre Mariano Oberlín en barrio Müller, luego de que uno de sus custodios asesinara a un adolescente que habría intentado robarle.
Sus días transcurrieron lejos de la parroquia Crucifixión del Señor, luego de las amenazas de muerte. Pero un día decidió regresar y, por primera vez, en exclusivo para Telenoche, rompió el silencio tras ese “golpe terrible” –así lo describe- que debió vivir.
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Para el sacerdote, el 2016 es un año para el olvido. Ahora intenta resurgir en medio del dolor, mientras busca alguna respuesta a todo lo sucedido a través de la fe: “Es tratar de encontrar en el silencio una pista de por dónde Dios irá marcando el camino”, aseguró.
“Me destroza cada vez que lo pienso”, dijo bajo una mirada perdida.
“Es lo más terrible que me ha pasado en mi vida”, confiesa después haber tomado un poco de distancia para poder pensar en paz. Aún no encuentra las palabras justas para expresar su dolor: “Me destroza cada vez que lo pienso”.
Cómo seguir después de esta tristeza. Oberlín volvió a su querida parroquia e inició nuevamente con las misas de los fines de semana. Además, está trabajando en la construcción de una casa en un campo para chicos que necesitan salir del barrio y tener otra experiencia.
+ Cómo está la causa hoy
Finalizó la etapa de declaración de los testigos, entre ellos el propio Mariano Oberlín. Aún falta el testimonio del principal protagonista, el sargento ayudante, Cristian Murúa, custodio del sacerdote.
La causa permanece en secreto de sumario. Está a cargo de la fiscalía de María Eugenia Pérez Moreno.