"Que me perdonen, que me perdonen". A los gritos y mientras la gente lo tildaba de "asesino", Diego Alberto Loscalzo pidió clemencia mientras era subido al patrullero en la localidad a 40 kilómetros de la capital cordobesa.
Minutos antes había llegado en un colectivo de la empresa Urquiza, que se tomó luego de asesinar a su ex pareja y a otros cinco familiares de ella y herir a otras dos personas en Hurlingham, Buenos Aires.
El homicida fue el último pasajero en subirse al colectivo: lo hizo solo, sin bolsos y claramente nervioso. En distintas paradas del viaje salió del asiento número 13 para ir al baño.
+ VIDEO: cómo llegó el asesino a Córdoba:
"No me peguen", rogó cuando los policías cordobeses lo encontraron escondido en el baño del vehículo. "Nos dijeron que traíamos un sospechoso, revisaron el coche y lo encontraron en el baño", le contó el chofer a Telenoche.
"Venía durmiendo, no noté nada raro", repasó Andrea, la pasajera que viajó al lado de Loscalzo. "Me pidió bajar al baño cuando el colectivo empieza a frenar para el control", agregó.