Adriana Giménez tenía 41 años cuando fue asesinada brutalmente en su casa de barrio Villa Los Galpones. Maximiliano Maldonado, 14 años menor, la mató de un balazo en la cara, le robó dinero y huyó con la escopeta. Después de un importante operativo, quedó detenido.
Pasaron dos años de aquel 18 de diciembre de 2017. Este jueves, después de celebrar la Navidad, la familia de la víctima logró que se haga justicia. La Cámara en lo Criminal y Correccional de 4º Nominación de la ciudad de Córdoba condenó a prisión perpetua a Maldonado, con declaración de reincidencia, por el delito de homicidio calificado por el vínculo y por la violencia de género (femicidio).
También ordenó que el asesino reciba en la cárcel "tratamiento psicoterapéutico por la problemática que registra en orden a la exacerbada violencia de género, y al consumo de alcohol y drogas”.
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Además, se descartó la figura de exceso en la legítima defensa por considerar que para evitar una agresión de la víctima a Maldonado le hubiera bastado con irse de la casa. A su vez, se desechó la hipótesis de un accidente -sostenida por el propio imputado- debido a que el imputado sabía que la escopeta funcionaba.
El tribunal concluyó que el condenado consideraba a Adriana Giménez como "un objeto de su propiedad, la celaba y no toleraba que ella pudiera tomar sus propias decisiones prescindiendo de él". También en el fallo se puede leer que el trato de Maximiliano Maldonado a su pareja incluía “conductas de hostigamiento y control” como así también “su presencia permanente en el domicilio de la mujer, que incluían insultos y descalificaciones”.