La muerte de Trinidad (15) por el ataque de dos dogos en barrio Estación Flores reabrió el debate sobre la tenencia de los catalogados “perros potencialmente peligrosos”. En diálogo con ElDoce.tv la rescatista y presidenta de Fundación Garra, Celeste Ávila, sostuvo que existe una cadena de responsabilidades en estos casos, que va desde el dueño hasta el criadero del animal.
“La ley es clara, están bien definidas las características de los animales que son potencialmente peligrosos”, indicó. Y remarcó que la clave está en que este tipo de canes no tengan “libertad de acción”, es decir, que estén debidamente contenidos y controlados.
“El problema es que muchos dueños no entienden la responsabilidad que conlleva tener un animal como estos”, agregó.
¿Hay que prohibirlos?
Al ser consultada sobre la posibilidad de prohibir a estas razas como posible solución, Ávila sostuvo que ya ocurrieron “demasiados casos”. “Como sociedad no estamos preparados para tenerlos”, aseguró.
“No podemos tener estos animales en el mercado como si fueran de cualquier raza porque lamentablemente la gente no cumple con los requisitos y condiciones necesarias”, dijo.
En esa línea, indicó que para que la prohibición se realice de forma adecuada lo primero sería cerrar los criaderos. Después deberían castrarse y registrarse a los que queden para que el Estado pueda hacer un seguimiento de cada uno de los casos.
La especialista respaldó la ordenanza que rige actualmente en Córdoba capital y regula su tenencia. Pero sostuvo que el problema es que no se aplica correctamente y no hay penas duras para aquellos que las incumplen.
Cadena de responsabilidades
Según Ávila, para que esos perros no representen un riesgo para las personas es importante cumplir con una serie de condiciones desde el momento de su nacimiento. En ese sentido, señaló las responsabilidades de tres agentes:
1. Criaderos
Para la especialista muchos de los problemas empiezan en los criaderos, donde se entregan los canes sin tomar los recaudos pertinentes. “Hay animales que nacen con problemas genéticos, tienen dolores todo el tiempo y eso los hace violentos. En la mayoría de los casos no se hacen los estudios para identificarlos”, comentó.
“También hay criaderos clandestinos en donde se reproducen directamente para peleas”, detalló. Por eso, propuso la creación de un registro y ente regulador de estos establecimientos, que delimite requisitos para su reproducción y venta.
“Necesitamos algo parecido a lo que es el 08 del registro automotor. Para que las autoridades puedan saber cuál es el origen de cada animal y dónde empezaron los problemas”, amplió.
2. Adiestradores
Ávila explicó que, a diferencia de otros animales, no alcanza con un buen trato para que estos animales se comporten dentro de una familia: todos necesitan ser adiestrados debidamente.
“No cualquier adiestrador está capacitado para hacerse cargo de estos animales. No alcanza con enseñarles a sentarse o buscar una pelota”, agregó.
3. Dueños
La especialista enfatizó que los principales responsables de las acciones de los perros son sus dueños. “Los quieren porque son lindos, grandotes, pero no son conscientes de la enorme responsabilidad que representan”, insistió.
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Remarcó que el costo de adiestramiento es alto, que es importante hacerles chequeos médicos constantes para descartar que sufran cualquier tipo de patología y que el entorno en el que viven tiene que estar adaptado a sus necesidades y asegurar que el animal no pueda escapar.
Qué hace a un perro potencialmente peligroso
Ávila explicó que la violencia de estos animales puede ser generada por dos tipos de factores: cuestiones genéticas y ambientales. En muchos casos, los animales padecen enfermedades crónicas, como problemas de tiroides, lo que hace que sufran dolores constantes y los suele hacer agresivos.
Por otro lado, la crianza juega un papel crucial. “Nosotros recibimos perros que se usaban para pelea o sparring, reintroducirlos en una familia es muy difícil y no siempre es una opción”, comentó.
A modo de ejemplo, contó que en Garra tienen a un ejemplar que está judicializado. “Sabemos que no vamos a poder darlo en adopción. Lo tenemos en un corral preparado, cada vez que lo sacamos tiene que llevar un bozal y correa especial y no cualquiera está capacitado para sacarlo”, cerró.