En el año 2003, Walter Fernando S fue condenado a 10 años de prisión por abusar sexualmente de una de sus hijas. Lo liberaron tres años antes por buena conducta, pero en las últimas horas volvieron a detenerlo por el mismo delito. Esta vez, la víctima fue su hija menor de sólo tres años.
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El hecho tuvo lugar en la localidad misionera de Oberá y la denuncia fue respalda días atrás cuando la nena ingresó a la Unidad Sanitaria local con fiebre. Tres días después de esa consulta volvieron a atenderla ya que no se mostraban mejorías y entonces, el médico que la revisó descubrió lesiones compatibles con un abuso sexual.
La pequeña regresó al hogar medicada con antibióticos y analgésicos, pero su madre no se animaba a denunciar a su pareja ya que estaba amenazada. Fue entonces cuando la abuela de la víctima tuvo un rol clave. “Si no haces la denuncia vas a quedar presa junto con tu marido. Eso no se hace, es un pecado”, insistió la mujer, según publicó El Territorio.
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Horas después, las dos mujeres fueron a la comisaría de Campo Grande para denunciar al hombre que no solamente había abusado de la menor sino que además alardeaba de ello con total impunidad.
La policía lo detuvo bajo los cargos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y le revelaron a la madre de la víctima un dato que ella desconocía: no era la primera vez que cometía una violación. El hombre había estado preso por violar a su hija mayor, fruto de una relación anterior, y cuando salió en 2010 por buena conducta y rehízo su vida con su mujer actual, nunca le dijo la verdad.