En un nuevo informe de Mirada Telenoche, pusimos la lupa sobre la multiplicación de cercos eléctricos en Córdoba. Diez años después de su aparición, hay unos mil instalados por empresas de seguridad legalmente habilitadas. Pero también hay varios cientos de instalaciones caseras o artesanales.
Se usan para proteger los perímetros de propiedades de todo tipo: casas, barrios cerrados, complejos de edificios, negocios y fábricas. La inversión arranca en los 20 mil pesos y el precio sube según la extensión y los desniveles del terreno.
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"Están diseñados para que den un golpe eléctrico y generen una contracción muscular dolorosa, pero no problemas cardíacos o que se queme alguien", explicó en el informe César Lezameta, socio de una empresa de seguridad.
Para controlar los cercos ilegales, la legisladora Liliana Montero adelantó que presentará un proyecto y advirtió: "La complejidad es la cantidad de cercos fuera de toda normativa, lo grave son las instalaciones caseras".