Los rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa salieron este martes por primera vez de la cárcel. El motivo fue la nueva audiencia de apelación que se realizó ante la Sala II del Tribunal de Casación Penal bonaerense, en La Plata.
El planteo de la defensa encabezada por Fernando Burlando y Fabián Améndola es que todos los condenados deben recibir cadena perpetua. Cabe recordar que cinco de los rugbiers fueron condenados a la pena máxima y los otros tres a 15 años de cárcel.
Hugo Tomei, abogado de los rugbiers, no estuvo presente y el que habló fue su compañero Horacio Henricot, quien planteó la violacion al principio de congruencia de la sentencia, y pidió que se aplique la figura del “homicidio en riña” para los casos de Thomsen, Comelli, Benicelli, y Luciano y Ciro Pertossi, sentenciados a perpetua, y la absolución para Cinalli, Viollaz y Lucas Pertossi.
De la audiencia participaron Silvino Báez y Graciela Sosa, los padres de Fernando. Después de seis meses, volvieron a estar cara a cara con los asesinos de su hijo. "Fue muy difícil volver a ver a los asesinos de mis hijos. Lo siento en el corazón que fue en las manos de ellos que terminó la vida de mi hijo, no sé como describirlo", afirmó la mujer al salir de Tribunales.
Por otro lado, Máximo Thomsen fue el único rugbier en hablar durante la audiencia de apelación de la sentencia. El joven de 23 años, condenado a perpetua, pidió que la Justicia "revea todo lo que le hicieron declarar en Villa Gesell".
Además de cuestionar la "legalidad" del proceso, Thomsen también aprovechó sus palabras y reiteró que junto a sus amigos "no planearon" matar a Fernando a la salida del boliche ubicado en la Costa Argentina.
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"Habló sollozando. Se lo veía un poco más tranquilo, pero no cambia nada eso, son asesinos y yo soy el papá de Fernando", remarcó sobre ese momento puntual Silvino, el papá del adolescente asesinado.