Es la primera vez que Melanie hace pública su historia. Mirando a la cámara, aunque con la voz un poco temblorosa, confesó: "Rubén Alfredo Rivas es mi violador, es el marido de mi madre".
Tiene 28 años y más de la mitad de su vida fue un calvario. En 2014, se animó a denunciar a su padrastro después de ser abusada sexualmente durante gran parte de su niñez y adolescencia. En mayo de 2018 lo condenaron a 12 años de prisión, pero desde entonces está prófugo de la Justicia.
Rubén Alfredo Rivas tiene pedido de captura nacional e internacional. Hace cinco años que no se sabe nada acerca de su paradero y su víctima no solo convive con el miedo de cruzárselo sino además de que la causa prescriba. De ser así, Rivas quedará impune a pesar de las vejaciones que cometió contra una menor hace casi 20 años.
El horror comenzó cuando Melanie tenía 10 años y vivía en la localidad bonaerense de San Isidro: "Me empezó a tocar, me hacía un juego de meterle un papel y yo lo buscaba y él a mí en mis partes íntimas". "Después cuando tenía 12 años me empezó a penetrar", recordó la víctima en diálogo con ElDoce.tv a 16 años de la primera violación que sufrió.
+ VIDEO: El relato de la víctima del violador Rubén Alfredo Rivas
Todo ocurría cuando su mamá no estaba presente y cada vez que "él le pedía un café". Su mamá había iniciado una relación amorosa con Rubén Alfredo Rivas luego de separarse del padre de su hija. Al poco tiempo de la convivencia comenzaron las vejaciones. Pese a que la víctima intentó pedir ayuda, él la manipulaba y amenazaba con matar a su madre.
Melanie le rogaba a su mamá que se separara porque él "era una mala persona". Pero ella insistía en que Rubén Alfredo Rivas "era bueno". De hecho, hasta le pidió permiso para irse a vivir con su papá, pero le negó ese deseo que imploraba desde lo más profundo y que podría haber evitado tantos años de abuso sexual.
"Yo tenía miedo de que si le contaba, ella le podía contar a él y que nos mate a las dos", confesó al revivir aquellos traumáticos años. Y lamentó que hasta la fecha, nunca se hayan separado: "Hasta el día de hoy sigue estando con él".
El día que le puso voz al abuso
La víctima soportó las vejaciones hasta cumplir la mayoría de edad. Una noche de marzo de 2013, salió a un boliche. En medio de la fiesta, su amiga sufrió un ataque de pánico, por lo que decidió sacarla. Melanie le preguntó qué le pasaba y le confesó que fue abusada. "Y yo le dije: ‘Yo también fui abusada. Pero no te preocupes que no sos la única’. Y quedó ahí. No hablamos más".
Al día siguiente, su amiga le pidió que le contara lo que le había pasado y, pese a que Melanie se resistió, finalmente le dijo que Rubén Alfredo Rivas la violaba. A pesar de que la otra joven le insistió en que lo denunciara, el miedo la paralizaba.
"Delante de mi mamá, me decía: ‘Cuando seas grande yo la voy a rajar a tu mamá y vos te quedás conmigo’".
Días después, fue al cumpleaños de un familiar de su padrastro y ocurrió una escena que la desestabilizó otra vez y dijo "basta". Rivas estaba haciendo el asado cuando le preguntó al oído a su víctima: "¿Cuándo vas a venir a hacerme un café?".
Regresó a la casa de su papá, donde se fue a vivir cuando cumplió los 18 años, y le contó todo lo que el marido de su madre le hizo durante tantos años. "Y ahí caí en depresión. Mi mamá me llamaba, me amenazaba con que ella se iba a matar", reveló la joven víctima de abuso sexual.
Inició tratamiento psicológico y psiquiátrico y en medio de su lucha, su mamá le hizo una denuncia a su papá por violación: "El título, la carátula decía ‘violencia de género’, una cosa así. Pero cuando yo fui a la fiscalía, era porque mi papá me había abusado o alguien del entorno de mi papá. Imaginate, no podía creer".
Melanie volvió a sentir que el mundo se derrumbaba otra vez. Sentía que no estaba preparada para denunciar a Rubén Alfredo Rivas. Después de un año de tomar antidepresivos, juntó fuerzas y se presentó en la Justicia. Pero ese momento no fue para nada fácil porque volvió a revivir todo.
Juicio
En mayo de 2018 inició el juicio contra Rubén Alfredo Rivas, quien permaneció en libertad durante todo el proceso. El día de la lectura del veredicto no se presentó, pero los integrantes del Tribunal Oral Criminal Nº 6 de San Isidro lo condenaron a 12 años de prisión.
Lo encontraron autor penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal, agravado por configurar un sometimiento gravemente ultrajante para la víctima, por su duración y circunstancias de realización, por la situación de la convivencia preexistente y por haberle causado un grave daño a la salud mental de la víctima.
Luego ordenaron la "inmediata detención" del acusado, pero cuando lo fueron a buscar a su casa no lo encontraron. Hace cinco años está prófugo. "Nadie sabe nada, la Policía no hace nada. Y ahora no me queda otra que empezar a buscar, empezar a buscarlo para que él cumpla su condena y esté preso", exclamó la víctima.
En 2019, el Ministerio de Seguridad de la Nación lanzó un comunicado en el que ofrecía recompensa de 500 mil pesos "destinada a aquellas personas que, que sin haber intervenido en el hecho delictual, brinden datos útiles que permitan lograr la aprehensión de Rubén Alfredo Rivas". El pedido sigue vigente.
Las pruebas contra Rivas
Uno de los episodios violentos que la joven recuerda fue cuando una tarde llegó su fonoaudióloga a su casa y vio el momento en que su padrastro fue hasta el baño donde Melanie se estaba duchando, le abrió la puerta, luego la cortina y le dijo "algunas palabras".
La profesional, testigo de ese hecho, le preguntó a la Melanie "si Rivas le hacía algo". "Ahí se lo negué, le dije que no por miedo". La fonoaudióloga, con quien Melanie realizaba rehabilitación por su hipoacusia, fue una de las testigos en el juicio, al igual que algunas amigas que "vieron un par de episodios raros, como cuando él le tocaba la cola a la mamá".
"Por favor que lo agarren y lo metan preso porque quiero que se haga justicia por lo que me hizo".
Otra de las pruebas contundentes que se expusieron en el juicio fue un mail que el marido de la madre le envió preguntándole: "¿Cuándo seas grande vas a ser mi novia?".
"Esa pregunta me la hacía delante de mi mamá. Me decía: ‘Cuando seas grande yo la voy a rajar a tu mamá y vos te quedás conmigo’. Y yo le decía: ‘Mamá, ¿vos no estás escuchando lo que está diciendo?’. Y ella me decía: ‘Te está jodiendo, te está haciendo una broma’", recordó la víctima.
¿Justicia? Una deuda pendiente
Melanie hace cinco años espera que detengan al hombre que la violó varios años cuando era una niña. Pero desde que tenía 10 años vive una verdadera pesadilla.
"Lo que yo le pido a la Justicia y a la Policía es que por favor que lo agarren y lo metan preso porque quiero que se haga justicia por lo que me hizo. Que cumpla su condena", exigió casi como gritándolo desesperada.
Siente "impotencia y mucha bronca" porque no solo tuvo que esperar cuatro años para el juicio sino que además convive con miedo al saber que está prófugo. "Hoy digo ‘basta, no voy a esperar más’. Porque si pasan 12 años se prescribe la causa y yo no quiero que se prescriba la causa. Quiero que cumpla su condena", imploró.
Atención
Si sos víctima de violencia de género o conocés a alguien que necesite ayuda:
*Línea nacional y gratuita 144, disponible las 24 horas del día durante todo el año
*Mensaje con la palabra "hola" a la línea directa +54 9 11 2771-6463 de WhatsApp a nivel nacional
*En Córdoba: WhatsApp (351 814 1400) y al 0800-888-9898