Un hombre de 68 años murió después de ser golpeado por dos empleados de un supermercado del que había salido con varios productos en la mano, sin pagar. Los dos agresores quedaron detenidos y acusados de homicidios.
Vicente Ferrer, había entrado al supermercado Coto, ubicado en la calle Brasil al 500, en el barrio porteño de San Telmo y había agarrado un paquete de queso fresco, dos chocolates y un aceite de oliva.
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Cuando los empleados advirtieron esta situación, intentaron frenarlo y reducirlo. Al parecer, el hombre les habría intentado tirarles la botella de vidrio y un cajero del supermercado y un guardia de seguridad comenzaron a pegarle.
El hombre golpeado, perdió el conocimiento, y cuando llegó la policía debieron llamar a una ambulancia por el estado en el que se encontraba.
Como el supuesto ladrón se desvaneció y los médicos se demoraban, fue reanimado por la policía hasta que llegó la ambulancia que lo trasladó al Hospital Argerich, a donde murió minutos más tarde.
Autoridades del hospital informaron que el hombre murió a causa de un traumatismo cráneoencefalico. Y de acuerdo al informe preliminar de la autopsia murió de una hemorragia cerebral.
La empleada de una panadería cercana al lugar declaró en la justicia que los empleados le efectuaron gran cantidad de golpes de puño al sospechoso.
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La muerte del Ferrer provocó indignación entre los vecinos de la zona. Contaron que Vicente padecía demencia senil, vivía solo y tenía una única hija que vive en Alemania.
Por eso, convocaron a una marcha para hoy para pedir justicia por su muerte. Lo harán en la puerta del supermercado en repudio al accionar de sus empleados y bajo el lema "Basta de normalizar la violencia".
Mientras tanto, el abogado del encargado de seguridad que está detenido negó haber golpeado al hombre. El acusado dijo que su defendido relató que lo siguió hasta la puerta del hospital para retenerlo y pedirle que devuelva lo que se había llevado y que después de busca ayuda de la policía.
Según su testimonio, el policía levantó del suelo al supuesto ladrón, que se desvaneció y quedó tendido, saliéndole un hilo de sangre de la cabeza.