Los viajes de egresados fueron suspendidos a nivel nacional ya que implicaban un foco preocupante de contagio de coronavirus. Eso mismo fue lo que ocurrió entre los alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Castelar, Buenos Aires: de los 75 estudiantes, 65 terminaron con COVID-19.
Ocurrió durante Semana Santa, antes de que se prohíban los traslados en contingentes debido a las nuevas restricciones.
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Según se pudo determinar tras la investigación epidemiológica, una joven alumna ocultó sus síntomas para ir igual a Bariloche y fue el inicio de la cadena de contagios en la que terminaron infectados casi todos sus compañeros.
Dolor de garganta y remedios para bajar la fiebre
Para poder viajar los estudiantes debían respetar el protocolo, que implicaba realizar una semana de aislamiento previo y presentar un test PCR negativo antes de subir al avión que los trasladaría desde Buenos Aires a Bariloche.
Sin embargo, una de las chicas tenía dolor de garganta y algo de fiebre, dos de los principales síntomas del COVID-19, y no dio aviso. En cambio, según pudo saber Clarín, se puso paños fríos y tomó ibuprofeno y paracetamol para que su elevada temperatura corporal no sea registrada durante los controles.
Además, sus compañeros denunciaron que la joven se hizo el PCR un lunes, es decir dos días antes de lo que por protocolo les exigía la empresa Travel Rock, y que por eso le dio negativo. El viaje estaba programado para el Viernes Santo y la joven debería haberse realizado el test el miércoles.
Por otra parte, antes de subir al avión firmó cinco declaraciones juradas en donde aseguraba no tener ningún síntoma. A pesar de ello, la reconstrucción de los hechos indica que al parecer viajó ya estando contagiada de coronavirus.
65 de 75
Durante los primeros días sus compañeros contaron que la notaban cansada y con ojeras. Sin embargo, la joven asistió a todas las excursiones y fue a los boliches.
Terminando el segundo día en Bariloche la estudiante confesó que no se sentía bien. Al día siguiente comenzaron a caer varios de los otros estudiantes con síntomas contundentes de COVID-19.
Producto de la situación, la empresa que vendió el paquete de viaje tuvo que disponer de un hotel entero para aislar en total a 300 personas, ya que además del colegio de Castelar en el alojamiento también había estudiantes de otras escuelas.
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Los alumnos fueron aislados en sus habitaciones y el personal se encargó de llevarles las comidas hasta la puerta, sin mantener contacto, para evitar más contagios y frenar allí la cadena de transmisión del virus.
De los 75 alumnos del colegio Sagrado Corazón, 35 presentaron síntomas y tuvieron que aislarse 10 días en Bariloche. Al resto se les adelantó el vuelo de regreso y el 9 de abril a la madrugada volvieron en avión hacia el aeropuerto Aeroparque Jorge Newbery.
Sin embargo, cuando les realizaron nuevos hisopados, solamente 10 dieron negativo de coronavirus. Por lo que en total 65 compañeros terminaron infectados.