Lilian Almada estaba casada y era mamá de una beba de 3 meses. Tenía apenas 28 años. Había entrado a trabajar en la empresa InterAustral varios años antes, pero hacía solo 10 días desde que se había reincorporado al trabajo luego de la licencia por maternidad. Más de una vez había tenido problemas con estos aviones de fabricación española y una vez, pocos días antes de la tragedia, se le abrió una puerta y solo pudo cerrarla con ayuda de un pasajero.
Pero ese 9 de agosto de 1995, poco después de despegar desde el aeropuerto de Córdoba rumbo a Mendoza, la puerta del CASA – CN235 -de 20 años de antigüedad- se abrió sobre las Altas Cumbres. La descompresión generó una corriente de aire fuertísima que expulsó al vacío a Lilian, que estaba en la zona de cocina preparando el café para los pasajeros.
+ MIRÁ MÁS: Los Tesoros del Archivo: Fidel Castro y Hugo Chávez en Córdoba
La caída libre ocurrió desde más de 3 mil metros de altura y no hubo salvación posible. El cuerpo fue encontrado dos días después, en una zona rocosa cerca del paraje La Posta. La madre de Lilian sostiene desde entonces el recuerdo permanente e inalterable de su hija: “la mataron sin balas”. Primero lucho por lograr justicia en los Tribunales y después del juicio se mantuvo en contacto con otros familiares y víctimas de accidentes aéreos.
El juicio se realizó en 2001. La querella, a cargo de la abogada María Elba Martínez, sostuvo que se trató de una tragedia anunciada porque los aviones de la empresa -en esa época en manos de Iberia- habían presentado problemas desde que llegaron al país y no se les había dado una solución definitiva. La defensa, a cargo de Oscar Roger, ex procurador del gobierno de Menem, sostuvo que se trató de un accidente producto de los vicios ocultos de los aviones. El fiscal, en tanto, descalificó el informe de la junta de accidentes aéreos al que calificó de “grotesco” y dijo que “si no hubiera sido por la negligencia, esa puerta no se hubiera abierto”.
Finalmente, solo fueron condenados dos personas a penas de ejecución condicional: Adolfo Luna, jefe de mantenimiento de la empresa en el aeropuerto Taravella (2 años de prisión más inhabilitación para ejercer el cargo( y Jorge Fernández, gerente de mantenimiento de la compañía (un año y ocho meses más inhabilitación).
La empresa InterAustral cerró al año siguiente de la tragedia, en 1996, el mismo año en que Iberia se retiró de Aerolíneas. Ese tipo de aviones ya no vuelan en la Argentina. Hoy una cruz recuerda, entre las piedras de la Pampa de Achala, el lugar donde cayó desde el cielo esa joven víctima de la desidia.
El Doce tiene un valioso archivo audiovisual con imágenes desde el año 1965. Si querés consultar por imágenes, escribinos al Whatsapp al 549351 2191212 o al mail archivoC12@artear.com