Este viernes se lleva adelante una nueva audiencia en el juicio por el tiroteo de Nueva Córdoba en el que murió asesinado el policía Franco Ferraro en la madrugada del 16 de febrero de 2018. Guido Romagnoli, el dueño del departamento, regresó de viaje y fue citado a declarar a la Cámara Octava del Crimen luego de ser citado a declarar.
Se trata de la víctima del robo que sufrió un balazo en su pierna cuando enfrentó a la banda del golpe comando, integrada por Ricardo Serravalle y Ricardo Hidalgo –ambos abatidos-. Romagnoli está siendo investigado por en la Justicia federal por maniobras financieras ilegales, causa que aún no registró avances.
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Su novia Melisa Sosa, testigo clave del robo, prestó testimonio frente a los jurados populares. Sin embargo, pidió que se retiraran los otros tres delincuentes imputados (Diego Tremarchi, Ariel Gramajo y Ariel Murúa Rodríguez) y
Teresa Mitre y Miguel Ángel Mitre, ambos tíos abuelos de Tremarchi.
“Es muy traumático todo para mí desde el momento del hecho”, comenzó diciendo la joven, quien dio detalles de cómo fue aquella madrugada cuando los ladrones irrumpieron en el edificio ubicado sobre Rondeau 84.
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“Me ataron las manos con precintos. Trate de no hacerlos enojar. Había mucha gente caminando dentro del departamento, yo no levantaba la mirada. Estaban todos encapuchados y armados, incluso con láser rojos como en las películas”, recordó.
Además, Sosa aseguró que “no había 400 millones ni 40 millones” de pesos. “Funcionaba una administración, gente que iba a señar un departamento, un alquiler. Había movimiento”, aclaró.
Algunas frases del testimonio de Melisa Sosa
“Me ataron las manos con precintos. Traté de no hacerlos enojar. Había mucha gente caminando dentro del departamento, yo no levantaba la mirada. Estaban todos encapuchados y armados, incluso con láser rojos como en las películas”
“Nunca vi cuántas personas eran en total porque estaba mirando para abajo y cuando levantaba la mirada lo tenía a Guido agarrándose la pierna en el baño. Eran tres o cuatro”
“Cuando entendieron que no ofrecimos resistencia, sino que simplemente nos habíamos asustado, se calmaron e incluso nos dejaron estar acostados en la cama y me dijeron que a mí no iban a tocarme ni un pelo”
“Nunca nos insultó el que nos custodiaba. Era un delincuente educado, no nos maltrató ni nada”
“Nos pidieron dólares, me sacaron halajas. Se llevaron halajeros de mi abuela, incluso prepararon bolso de ropa”
“No teníamos alarma, no teníamos custodia. Era muy simple de entrar. Podrían haber entrado cuando no estuviéramos”
“Tampoco entiendo qué habrán pensado qué había ahí dentro”
“Teníamos cajas fuertes. Habia efectivo. Dólares. Solo nosotros dos teníamos la clave. Que yo recuerde no le dábamos la clave a Teresa. No me acuerdo si alguna vez le dimos la clave de la caja fuerte”
“Ingresaron con llave. No hubo forzamiento"