Joaquín Sperani (14) llegó en su bicicleta al colegio ese 29 de junio. Pero nadie sabe si ingresó y volvió a salir con su amigo de 13 años. La mamá Mariela Flores, según comentó su abogado Raúl Frencia en Arriba Córdoba, dio aviso a la preceptora que estaba demorado. Cuando finalizó la jornada escolar, se comunicó otra vez con el colegio y le dijeron que no había ido a clases.
El adolescente de 14 años fue asesinado en una casa abandonada ubicada a 100 metros de la institución. Lo encontraron tres días después. Desde entonces, su amigo es el principal sospechoso del crimen y quedó alojado en el Centro de Admisión y Diagnóstico (CAD) que depende del Complejo Esperanza.
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Frencia deslizó una hipótesis escalofriante en Arriba Córdoba. Para él, fue un “plan premeditado”. “La hipótesis más fuerte es que esta persona lo engañó y lo llevó a una trampa mortal. Para mí, esta persona premeditó un plan sistemático para lograr el objetivo que era matar a Joaquín”, subrayó. Y con énfasis, reiteró: “Estoy convencido de que premeditó el hecho”.
El abogado querellante sostuvo que el amigo de Joaquín “tenía el discernimiento necesario y suficiente para cometer el acto”, aunque aclaró que eso se determinará luego de las pericias que el juez de menores Sebastián Moro ordenó realizarle.
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Además, dijo que los padres del menor sindicado como el autor del homicidio desconocían lo que había hecho su hijo y ayudaron a la familia de Joaquín desde el minuto cero en la búsqueda.
El rol de la escuela
Raúl Frencia contó a este medio que el miércoles se reunieron con representantes del Ministerio de Educación de la Provincia y los directivos del colegio y que ya “se inició una investigación administrativa interna para deslindar responsabilidades”.
Apuntó contra el establecimiento y afirmó que hubo “una falla, una negligencia”. “Cuando toman asistencia y no ven a Joaquín, ¿cómo no se dieron cuenta de avisar?”, se preguntó. Aún no encuentran respuestas a ese interrogante.
Por el momento, no tienen precisiones si Joaquín ingresó al establecimiento y después se retiró con su amigo. Pero aclaró que “no hubo ninguna circunstancia que desviara el trayecto entre su casa y el colegio”.