Valentina González es una cordobesa de 21 años a la que le tocó atravesar un proceso que ella misma califica como impactante: “Entré a terapia y me dijeron que tienen que hacerme un trasplante”.
Después de 12 días internada en terapia y sin noticias de la posibilidad de un órgano que pudiera cambiar el rumbo de su vida, le dieron el alta y se fue a su casa.
Un accidente de autos ocurrido en la provincia de Buenos Aires generó que apareciera un donante compatible con Valentina. Desde ese momento, comenzó a correr el tiempo, clave en el éxito o el fracaso de un trasplante.
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“Por cuestiones tecnológicas no había forma de localizar a Valentina así que a las 3 de la mañana se me ocurrió llamar a la Policía de La Calera (…) una oficial del otro lado me atendió, yo pensé que me iba a decir usted está loco pero no, al contrario lo tomó muy en serio y puso en actividad la red de comunicación de ellos para intentar localizarla”, contó el Jefe del Servicio del Hospital Privado, Dr. Martin Barrabino.
La casualidad, el universo o la fuerza en la que cada uno crea hizo que fuera la operadora y sargento de la policía Natalia Maza, que trabaja en Sierras Chicas, quien recibiera el llamado. La misma que desde hace tres años hace adicionales en el mismo country donde vive Valentina. Toda esa historia le permitió responder de manera inmediata al requerimiento del médico.
“Me comunico directamente con el guardia (del country) por teléfono, pido autorización y con la adicional se llegaron al domicilio y después me informan que pudieron dar con ellos”, relató Natalia como si todo se tratara de su trabajo cuando en realidad su reacción totalmente humana y empática es la clave para que esta historia tenga un final feliz.
El único dato con el que contaban hasta ese momento, era la dirección de la entrada del barrio donde vive Valentina. A partir de allí, comenzó la búsqueda hasta que llegaron a la manzana y el lote correcto.
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“Suena el timbre de mi casa y todos saltamos de la cama y dijimos ‘qué pasa’, yo nunca me lo esperaba, quizás mis papás un poco más y de ahí vinimos al hospital rapidísimo”, recordó Valentina, que hoy muestra las excelentes condiciones en las que se encuentra gracias al equipo médico del Hospital Privado que además de ofrecer tecnología de última generación, le ofrecieron contención emocional.
Son los médicos quienes explican que el trasplante de Valentina utilizó “una aparatología nueva que básicamente es como una diálisis, como la diálisis renal pero una diálisis hepática lo que nos permite hacer una terapia puente para que el receptor tenga más tiempo de esperar ese donante y llegar mejor a la cirugía”.
La importancia de donar
“El trasplante se pudo hacer y es exitoso gracias a que hubo un donante”, explicó el Jefe del servicio con la convicción de que el trasplante salva vidas: “Hace 20 años que trabajamos en esto y no hay un acto de amor y de tanto afecto hacia el ser humano como la donación de órganos”.
Ante los ojos llorosos de su papá, Valentina sólo tiene palabras de agradecimiento para el equipo médico, la policía, los que donaron sangre, la acompañaron y la ayudaron en este proceso.
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