"Estoy sana, lo vencí a los 83 años", dice Rita Badín mientras sube a la ambulancia que la llevará de regreso a casa tras casi un mes de internación. Ni el coronavirus, ni un complejo combo de enfermedades preexistentes pudieron con ella.
Todo comenzó el 24 de marzo, cuando el test de Covid-19 dio positivo. "Nunca me imaginé que me pudiera contagiar de una cosa tan grave", dijo a El Doce minutos antes abandonar su habitación.
"Lo superé y es increíble, pensaba que esta era la última etapa de mi vida. Ha sido extraordinaria la atención de la clínica, quiero resaltar eso", destacó Rita al borde de las lágrimas. "Es una muy buena paciente, me hace caso en todo y se que va a salir adelante", agregó su hija Mónica.
Un caso que alienta la esperanza
"Cuando ingresó con protocolo de Covid-19 pensamos que iba a ser muy difícil que pudiera salir de esta situación", reconoció María Lourdes Abril, una de las médicas de la Clínica Romagosa que la asistió. Según los especialistas que la trataron, la imposibilidad de estar en contacto con sus seres queridos jugó en su contra. Cuando la paciente fue trasladada a sala común, su estado de ánimo mejoró notablemente.
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El ejemplo de Rita demuestra que pertencer al grupo de riesgo y ganarle al coronavirus es difícil pero no imposible. El diagnóstico temprano y la contención familiar fueron las claves que le permitieron vivir para contarlo.