En la escuela Sierras de los Padres de la ciudad de Mar del Plata, la profesora Lucía Gorricho vivió una historia en la que aprendió mucho más de lo que alguien hubiera imaginado. La docente contó en su que le tocó evaluar a una niña de 14 años, cuya familia de origen boliviano trabaja en un frutillar.
La alumna se presentó a rendir un examen, que necesitaba aprobar, para pasar de año. Sin embargo, ella confesó que “no sabía nada”. Esto llevó a la profesora a cambiar el rumbo de la evaluación. El relato conmovió a más de uno en Internet.
Lucía Gorricho detalló en su blog que le preguntó qué temas había visto en geografía el año anterior. Sin embargo, la respuesta le erizó la piel, porque la niña le aseguró que no se acordaba de ninguno, y que además, no había podido estudiar porque no tenía libro ni carpeta.
La maestra insitió e insistió con los temas de la planificación anual, hasta que decidió tomar otro rumbo. Entonces se tomó el atrevimiento de preguntarle si sabía acerca de las frutillas. La adolescente abrió los ojos enormes y señaló que sí sabía. Fue así como Gorricho le pidió que escribiera sobre una actividad económica y que mencionara los aspectos más importantes de algún país latinoamericano, luego de que la niña le preguntar si podía escribir sobre su país: Bolivia.
Ella tenía mucho entusiasmo por corregir esa evaluación que significó un gran aporte a su formación como geógrafa y docente. No sólo la aprobó sino que se llevó el abrazo más hermoso y sincero.