Joaquín Mieres juega en el Delta Rugby Club y concurrió junto a dos amigos a la fiesta de egresados de uno de ellos en la discoteca Caix en la zona de la Costanera de Capital Federal.
Según la denuncia de su padre en las redes sociales, fue brutalmente atacado por más de 10 jugadores de la categoría M17 del Club San Fernando.
El hombre contó que, tras una primera golpiza, su hijo habló por teléfono con la madre para avisarle que se volvía en remis. "Cuando corta, ve que se acercan los 10 hijos de p... que lo habían atacado antes más otros cinco o seis más. Volvieron a atacarlo a trompadas, patadas, tanto a Facu como a él", relató en su cuenta de Facebook.
El joven quedó inconsciente debido a que una de las trompadas se la pegaron en la base del cráneo. La madre dijo que hay una vieja rivalidad entre ambos clubes y confirmó que Joaquín se está recuperando. El padre, también responsabilizó a los dirigentes del rugby.
La Unión Argentina de Rugby (UAR) emitió un duro comunicado rechazando el ataque y aclarando que lo ocurrido no tiene nada que ver con los valores del deporte. Compartimos algunas de las frases del texto.
- Responsabilizar al rugby por el comportamiento (fuera de la cancha y fuera del contexto deportivo) de algunas personas que tienen completo discermiento de sus actos es estigmatizante
- El rugby no enseña nada de eso. Muy por contrario, lo denosta.
- Que sean o no jugadores de rugby los involucrados en cualquier hecho repudiable es o debería ser algo anecdótico, no central.
- Las verdaderas causas tienen que ver con la carencia de valores en general y de los niveles de educación de un tiempo a esta parte.
- El rugby, a través de los clubes, es un colaborador en la formación de las personas.
- Este deporte jamás se cansará de pregonar y divulgar todos los valores que, entendemos, además del rugby deberían ser los de toda sociendad en su conjunto.