La situación de los argentinos varados por el mundo debido al cierre de fronteras por el coronavirus parece ser algo confusa para quienes están dentro de Argentina. Sin embargo, pese a que se encuentran en distintos países, los cerca de 10.000 que quedan en el exterior atraviesan realidades más o menos similares.
Por más que una gran mayoría dejó el país antes de que el virus sea declarado pandemia, a muchos se les hizo imposible volver. Los Estados fueron cerrando sus fronteras, las empresas fueron cancelando sus vuelos y la única autorizada para entrar es Aerolíneas Argentinas, pero no cualquiera logra conseguir un lugar en esos aviones.
A vista de los resultados en las principales ciudades donde el COVID-19 es una verdadera tragedia, es más que entendible la decisión del Gobierno de Alberto Fernández de cerrar fronteras y limitar el ingreso de argentinos en el extranjero para evitar un salto en los contagios. Sin embargo, los varados no tienen respuestas claras y muchos llevan varios días de desesperación.
La vuelta a casa, al mejor postor
Desde que comenzó el calvario, conseguir un vuelo de Aerolíneas Argentinas es una odisea. A quienes ya tenían pasaje con la aerolínea de bandera les piden que se contacten directamente por el nuevo WhatsApp habilitado y cambien la fecha. Sin embargo, no todos lograron volver debido a que los aviones dispuestos hasta el momento para este operativo no alcanzaron para traerlos de vuelta.
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Se calcula que sólo en México hay unos 3.000 argentinos. Y otros tantos miles repartidos en Latinoamérica, Europa y Asia.
Pero para quienes ya habían pagado su boleto con otra empresa y que fue cancelado, el proceso se puede resumir más o menos así:
1) Llamar a la embajada del país o ciudad en la que se encuentra el varado, donde indican que no tienen información sobre nuevos vuelos y que hay que contactar con Aerolíneas Argentinas.
2) Comunicarse con Aerolíneas Argentinas, donde responden que deben contactar a la aerolínea con la que tienen el pasaje y pedir el endoso hacia Aerolíneas Argentinas (porque son socias).
3) Contactar a la aerolínea particular, que responde que no puede endosar el pasaje porque no hay vuelos disponibles, pero en cambio ofrece un voucher para poder tomar el vuelo en “algún momento del año” (esas empresas no tienen permitido entrar a Argentina y calculan que recién en junio podrían volver a operar).
Entonces, como las empresas no tienen respuesta, piden a los varados que se contacten otra vez con su embajada. Por lo que hay que volver al punto 1 y se genera un círculo de llamadas e incertidumbre sin ninguna certeza.
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Cuando aparece un vuelo, los de la llamada “repatriación”, las cancillerías determinan el orden de prioridad según criterios de vulnerabilidad, teniendo primero en cuenta sólo a los que tienen billete de Aerolíneas Argentinas. Luego, si quedan cupos disponibles, se rematan al mejor postor: a través de e-mails o WhatsApp, la aerolínea de bandera ofrece, por ejemplo, el tramo Madrid - Buenos Aires a un precio de 550 euros (desde México cobran cifras similares).
Quien tiene la suerte de leer el mensaje a tiempo y puede afrontar ese gasto de más de 50.000 pesos por pasajero, continúa con el trámite para hacer el pago.
Por ende, lo que se ofrece son vuelos comerciales, no son de repatriación. Y quienes ya habían pagado su pasaje con otra empresa asociada a Aerolíneas Argentinas como AeroMéxico, Air Europa, Alitalia u otras tantas, no tienen dónde reclamar una devolución y se ven obligados a hacer una nueva compra para poder volver.
Cabe destacar que, antes de esta pandemia, las compañías hacían alarde de sus alianzas, pero ahora parece imposible pedirles que apliquen esa sociedad para entregarles a sus clientes un servicio que ya tienen comprado.
Varados y con el 30%
Otro punto a destacar para describir la situación de los varados es que, a pesar de que las mismas autoridades reconocen que muchos están en una situación vulnerable luego de tantos días en el exterior y con los gastos que ello implica, siguen pagando un 30 por ciento extra en cada una de sus compras.
Es decir, continúan abonando el impuesto solidario PAIS por compras en moneda extranjera: eso implica comida 30 por ciento más cara, alojamientos 30 por ciento más caros y los vuelos de Aerolíneas Argentinas, en caso de conseguir alguno, también con el 30 por ciento extra. Para un cálculo rápido, se traduce a 1 dólar = 86 pesos; o 1 euro = 95 pesos.
“El mayor plan de asistencia consular de la historia”
El pasado 28 de marzo, Cancillería anunció (en palabras del ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá), “el mayor plan de asistencia consular de toda su historia”. En el anuncio, se prometía dar asistencia a los miles de argentinos que no pueden regresar al país.
Sin embargo, con el correr de los días, se fueron conociendo más detalles. En un primer momento, desde la Embajada argentina en Roma, uno de los puntos más críticos por la cantidad de varados, se explicó a este medio que se iba a dar “alojamiento en conventos a aquellos que estén en situación de calle o ayudar a conseguir alojamientos más baratos”.
Luego se dieron más certezas. Primero se pide a los varados que contacten a familia o amigos para que les envíen dinero. Y, en caso de demostrar que no tienen ningún sustento económico en Argentina, recién ahí podrían recibir alguna asistencia.
Sin embargo, la mayor desesperación que se genera en los varados es por la incertidumbre de no tener respuestas concretas ni plazos estimados para saber cuándo podrían regresar. Puede ser una semana más, un mes más, o quién sabe.
En muchos casos eso hizo que miles de argentinos decidieran pasar varias noches durmiendo en aeropuertos, expuestos al contagio del coronavirus, por si en algún momento se habilitaba un vuelo sin previo anuncio. Y en esos casos, sólo consiguieron viajar quienes estaban allí presentes, por lo que algunos siguen decidiendo arriesgar su salud para poder regresar.