Un grupo de vecinos de la ciudad de Esquel golpeó a un preso que había recibido reclusión domiciliaria y quién tras el ataque volvió caminando a la cárcel.
El detenido, Pablo Sommaruga, fue condenado en 2004 a 18 años de prisión por integrar una banda de secuestradores conocida como la de “los patovicas” y secuestrar a un joven a la que le cortaron el dedo en 2002.
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Sommaruga estaba alojado en la Unidad 14 de la localidad y vecinos del barrio se acercaron a su casa cuando se enteraron que tenía prisión domiciliaria. Atacaron el lugar y cuando llegó lo agredieron físicamente ante la presencia policial.
En el video difundido a través de las redes sociales se ve como un grupo de personas comienza a agredirlo, a pesar de la presencia policial que acompañaba a Sommaruga hasta su casa. Al descender del auto, fue golpeado y herido en la parte izquierda de su cabeza.
El detenido ya contaba con salidas transitorias y había recibido la domiciliaria. Además, tenía una asistencia autorizada al obstetra por el juez porque su pareja está por dar a luz y ahí fue cuando lo atacaron.
Frente a esta situación de descontrol, el preso se alejó por la avenida Holdich de la ciudad y se fue caminando a la cárcel.
Sommaruga dijo que lo “acusaron de delitos que no cometió, como violación o haber roto el arresto domiciliario”.
“Yo no sé lo que se le habrá pasado por la cabeza a estos muchachos. Yo a la sociedad le pagué: sí, ¿estuve por secuestro? Obvio, lo reconozco, tuve todo el tratamiento que tuve que tener adentro. Son 18 años detenido, no son dos días detenido, son 18 años que los pagué cumpliendo con todas las medidas que tenía que cumplir. La salida transitoria mía es así: salgo de la Unidad 14, hago 5 cuadras, me meto a mi domicilio y no convivo con nadie, prácticamente”, concluyó.