Fingir el llanto es algo tremendamente difícil que requiere de técnica y tiempo. Eso dicen los especialistas. La antigua creencia de que los cocodrilos lloraban mientras devoraban a su presa fue reemplazada por la certidumbre científica de que los cocodrilos, como los humanos, lubrican sus ojos con lágrimas. De ahí que la expresión “lágrimas de cocodrilo” es de dudosa comprobación.
Desde Buenos Aires, un enviado especial de Canal 12 nos muestra el predio utilizado por los periodistas de los diferentes países participantes en el G20.