Hubo gran expectativa por el eclipse solar total que tuvo lugar este lunes y que solo se pudo apreciar de forma directa desde los países de América del Norte.
El fenómeno, que se repitió después de seis años y recién volverá a ocurrir nuevamente en 2044, fue una oportunidad única para que los científicos descifraran algunos de los misterios del sistema solar.
En ese contexto, más allá del espectáculo increíble para los espectadores, la Nasa lanzó tres cohetes durante el eclipse con el objetivo de comprender mejor tanto el Sol como la Tierra.
Desde la agencia espacial estadounidense detallaron que se trató de cohetes sonda que se enviaron desde las instalaciones de vuelo Wallops en Virginia, además de aviones de investigación de gran altitud, conocidos como WB-57, que realizaron vuelos sobre las nubes para estudiar la corona solar y la ionósfera terrestre.
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La misión llamada Atmospheric Perturbations around Eclipse Path (APEP) buscó estudiar cómo la atmósfera superior de la Tierra es afectada cuando la luz solar se atenúa momentáneamente sobre una parte del planeta.
Los especialistas señalaron que la importancia de estos lanzamientos radicó en la recopilación de datos sobre cómo la desaparición repentina del Sol afecta a la ionosfera, creando perturbaciones que tienen el potencial de interferir con nuestras comunicaciones.
Cabe destacar que la ionosfera es una región de la atmósfera de la Tierra que se encuentra entre 90 a 500 kilómetros sobre el suelo y que juega un papel crucial en la reflexión y refracción de las señales de radio, así como en las comunicaciones por satélite.
“Volarán por el camino de la totalidad y tomarán fotografías del sol. Podremos ver la muy tenue atmósfera del Sol a la que llamamos corona, por lo que podremos estudiar de forma única esa corona durante ese período”, dijo Georgia de Nolfo, astrofísica de la Nasa.