Tamy, el elefante asiático que llegó a Mendoza hace 40 años tras ser abandonada por un circo, murió este martes a los 55 años. Su historia fue marcada por el cautiverio y un fallido intento de traslado a un santuario en Brasil.
Desde 2014, la Dirección de Biodiversidad y Ecoparque, junto a la Fundación Franz Weber y el Santuario de Elefantes de Brasil, trabajaron en un plan para mejorar la calidad de vida del animal.

El plan incluía reacondicionar su espacio y brindarle atención veterinaria constante, con el objetivo de prepararla para un posible traslado al Santuario de Elefantes en Brasil.
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Sin embargo, la edad la elefanta y las secuelas de su vida en el circo dificultaron el proceso. A pesar de recibir asistencia veterinaria permanente por sus dolores articulares y de adaptar su recinto para mitigar los efectos del envejecimiento, su delicado estado de salud impidió concretar el viaje.

El recinto de Tamy fue acondicionado con puertas de entrenamiento, zonas de sombra y mayor confort. Rodeada del equipo que la cuidó durante años, el elefante falleció buscando una segunda oportunidad que nunca llegó.