El geofísico Benjamin Fong Chao, del Centro de Vuelo Espacial Goddard, explicó que la represa, al almacenar 42 mil millones de toneladas de agua, “provocó un pequeño pero perceptible cambio en la rotación de la Tierra, como resultado del cual el día se adelantó en 0,06 microsegundos y el eje se desplazó unos 2 centímetros”.
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Esta colosal estructura, con más de dos kilómetros de largo y 182 metros de alto, no solo es una maravilla de la ingeniería moderna, sino que también ayuda a controlar las inundaciones del río Yangtze, protegiendo ciudades importantes como Wuhan, Nanjing y Shangai.

Fong Chao remarcó que “este descubrimiento subraya la influencia de las actividades humanas en los procesos naturales del planeta”, al recordar que las sospechas sobre este efecto surgieron en 2005 tras una investigación sobre el tsunami del océano Índico de 2004.

La obra de Las Tres Gargantas, concebida en 1919, destaca la importancia de comprender cómo las grandes estructuras pueden afectar la distribución de masa terrestre y, por ende, la rotación del planeta. Es crucial considerar las implicaciones geofísicas y climáticas.