Las aplicaciones de citas suelen dar lugar a situaciones inesperadas y esta historia no fue la excepción. Una usuaria llamada Candela decidió experimentar en Tinder y armó un perfil como “Lola”, una supuesta mujer mayor que aclaraba: “Mi hija me dijo que no diga mi edad”.
En pocas horas recibió un match de Emma, un joven que rompió el hielo con un elogio: “Muy buen look en las fotos”. A partir de allí, comenzó un intercambio en el que Lola simuló no estar familiarizada con la tecnología, mencionó a su nieta e incluso preguntó si por ser comerciante podía conseguir descuentos.
La joven continuó con el personaje y admitió haber tomado unas copas de más. Emma, sorprendido, le respondió: “No te preocupes, no molesta para nada, solo que me parece raro que una mujer tan atractiva y refinada se exprese de esa manera”. “Es solo por la noche, ¿sí? Si nos llegamos a encontrar por la tarde, va a ser más formal”, se excusó Lola.
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Después de varios mensajes, el joven fue más allá y le pidió una foto: “Quiero ver esa sonrisa”. Al no poder cumplir con el pedido, la conversación se cortó abruptamente.
Candela compartió el chat en redes sociales y entre risas confesó: “Ay, casi se me para el corazón”. La publicación rápidamente acumuló miles de comentarios de usuarios que se divirtieron con la ocurrencia y destacaron la naturalidad con la que Emma respondió a la insólita situación.