Con aroma intenso, sabor fresco y múltiples propiedades naturales, el limón es protagonista de miles de recetas. Pero su potencial aumenta cuando se combina con un ingrediente tan simple como la sal. Esta clásica mezcla de remedios caseros volvió a ganar popularidad por sus efectos para la hidratación y el bienestar.
La limonada con sal puede ayudar a reponer electrolitos —sobre todo sodio— después del ejercicio o en días de mucho calor. El limón aporta vitamina C, antioxidantes y flavonoides que fortalecen el sistema inmunológico y favorecen la salud de la piel. También se le atribuye un efecto digestivo y un leve aporte alcalinizante.
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Por su parte, la sal contribuye con sodio, un mineral esencial para mantener el equilibrio de fluidos y el correcto funcionamiento muscular y nervioso. Además, el toque salado potencia el sabor del limón y facilita que una persona beba más agua a lo largo del día.
Cómo prepararla
En pocos segundos, alcanza con exprimir uno o dos limones, agregar agua fría y sumar apenas una pizca de sal. Esa simple combinación genera una bebida refrescante y útil para recuperar minerales.

Cuándo tomarla
Se recomienda después de hacer ejercicio, tras un día de calor intenso o cuando se necesita una hidratación rápida. De todos modos, no reemplaza a las bebidas deportivas en casos de deshidratación severa o actividad física extrema.
Los especialistas recuerdan que es clave usar la sal con moderación para evitar excesos de sodio. Dentro de ese marco, la limonada con sal sigue siendo una opción económica, rápida y efectiva para hidratarse.



