Gramma, la gigantesca tortuga de las Galápagos que se transformó en un símbolo del Zoológico de San Diego, murió a los 141 años, según confirmaron las autoridades del establecimiento. Nacida en estado silvestre y trasladada desde el Zoológico del Bronx en 1928 o 1931, fue una de las residentes más antiguas del predio y una embajadora mundial de la conservación.
A lo largo de su vida, Gramma fue testigo silenciosa de buena parte de la historia moderna: dos guerras mundiales, dos pandemias y el mandato de 20 presidentes de Estados Unidos.
Con su personalidad dulce y tímida, cautivó a generaciones de visitantes y se volvió una celebridad al pasar de aparecer en fotos en blanco y negro a convertirse en una estrella de redes sociales.
En los últimos meses padecía condiciones óseas avanzadas, propias de su edad. Tras un período de monitoreo, los especialistas tomaron la “compasiva y difícil decisión” de sacrificarla para evitarle sufrimiento, informó el zoológico. Sus cuidadores la llamaban “la Reina del Zoológico”, y recordaron que sus alimentos favoritos eran la lechuga romana, el cactus y las frutas.
Aunque su longevidad fue excepcional, no fue la mayor registrada: Harriet, otra tortuga de Galápagos, vivió hasta los 175 años en Australia.
El Zoológico de San Diego despidió a Gramma con un mensaje cargado de emoción:“Tocó con delicadeza innumerables vidas durante casi un siglo. Fue una presencia constante, un ícono y una embajadora extraordinaria de su especie”.