La historia de un recepcionista harto de los malos tratos de su jefa se volvió viral por la forma en que decidió renunciar. Todo comenzó cuando el joven, que cumplía estrictamente su horario, un día se retiró a tiempo porque debía acompañar a su esposa al obstetra.
Su compañero de turno aún no había llegado y, por eso, recibió un fuerte reto de parte de su superior. La jefa lo presionó con malos modos, le exigió que jamás abandonara su puesto si no había relevo y hasta le prometió que le reconocerían las horas extra acumuladas.
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@chacalboggian La jefa lo obligó a trabajar de más sin pagarle horas extras y el se la devolvió de la mejor manera
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Sin embargo, cuando reclamó esas nueve horas trabajadas de más, llegó la sorpresa. La mujer le envió una planilla hecha a mano en la que, en vez de reconocerle el tiempo trabajado, se lo descontaba bajo categorías tan absurdas como “baño 3 horas”, “almuerzo extra 3 horas” y “charlas en la oficina 4 horas”. Además, lo amenazó diciéndole que “cuidara su trabajo”, especialmente porque estaba por ser padre, lo que para él fue un límite imposible de tolerar.
El plan perfecto
La situación llegó al punto de quiebre días después, cuando el joven le pidió a su jefa que lo cubriera solo unos minutos para ir al baño. Ese pedido, en apariencia inocente, era en realidad el comienzo de su venganza: nunca volvió al puesto. Su compañero José tampoco llegó, lo que provocó la furia inmediata de la mujer, que comenzó a bombardearlo con mensajes y llamadas exigiendo que regresara a trabajar.
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La respuesta del recepcionista fue contundente. Le dijo que estaba con su compañero “tomando algo” frente a la oficina, mientras ella lidiaba sola con el caos. La jefa estalló y les anunció que ambos estaban despedidos.
El desenlace dejó a todos sorprendidos. El joven le contestó que no le importaba en absoluto porque ya tenían otro empleo asegurado y estaban celebrando desde las 18.30. Para coronar la escena, le envió una foto de un vaso de cerveza y maní junto a un mensaje que se volvió meme: “Salud”.
