Un asteroide del tamaño de un colectivo rozó la órbita terrestre el 22 de diciembre de 2025, horas antes de la Navidad. El episodio, que no representó ningún riesgo para el planeta, fue confirmado por la NASA, que monitoreó el objeto junto a otras agencias internacionales.
El asteroide, identificado como 2025 YH3, pasó a unos 457.000 kilómetros del centro de la Tierra, lo que equivale a aproximadamente 1,19 veces la distancia que nos separa de la Luna. Según los datos oficiales, el momento de máxima aproximación se registró a las 12:43 UTC, cuando la roca espacial viajaba a una velocidad de casi 10 kilómetros por segundo.

La noticia generó revuelo porque, aunque estos encuentros son más comunes de lo que se cree, siempre despiertan inquietud. Sin embargo, desde la NASA y el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) remarcaron que el paso de 2025 YH3 fue rutinario y seguro. Los equipos de vigilancia espacial calcularon su trayectoria con anticipación y la vigilaron hasta que se alejó definitivamente.
En astronomía popular, la comparación “del tamaño de un colectivo” se usa para describir asteroides de entre 10 y 15 metros de diámetro. Pero lo que realmente importa es la órbita: en este caso, el objeto nunca cruzó la ruta de la Tierra y se mantuvo a una distancia prudente durante todo el sobrevuelo.
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El asteroide no fue visible a simple vista: su brillo máximo alcanzó una magnitud 17, muy por debajo del umbral que puede captar el ojo humano. Además, no afectó a los satélites, las mareas ni el clima terrestre.
A pesar de que no implicaba peligro, el seguimiento de 2025 YH3 fue clave para los astrónomos. Cada observación real permite ajustar los parámetros orbitales y reducir los márgenes de error en los cálculos, lo que mejora la capacidad de respuesta ante futuros eventos y refuerza los sistemas de defensa planetaria.



