Las rejillas de la casa suelen ser las grandes olvidadas a la hora de limpiar. Ya sea en el baño, la cocina, el lavadero o los desagües, con el tiempo acumulan grasa, humedad, sarro y bacterias que generan malos olores y hasta pueden provocar obstrucciones.
En este contexto, especialistas en limpieza ecológica y microbiología doméstica recomiendan un truco casero que no falla: tirar vinagre blanco en las rejillas para desinfectarlas y eliminar los olores de raíz.
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El secreto está en el ácido acético que contiene el vinagre blanco. Este compuesto tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas comprobadas por estudios científicos, y es capaz de reducir bacterias como E. coli y Salmonella en superficies del hogar.
Además, el vinagre actúa como neutralizador de olores porque disuelve residuos orgánicos y depósitos minerales que suelen quedar atrapados en las rejillas y son los responsables de los aromas desagradables.
Según expertos en limpieza natural, el vinagre blanco:
- Disuelve el sarro y los restos minerales que se acumulan con el tiempo.
- Neutraliza los malos olores sin necesidad de usar perfumes artificiales.
- Reduce la proliferación de bacterias y hongos, haciendo que el ambiente sea más saludable.

Por eso, es una alternativa natural, económica y accesible para quienes buscan una limpieza profunda sin recurrir a productos químicos agresivos.
Los beneficios de usar vinagre blanco en las rejillas
- Elimina los malos olores: neutraliza bacterias responsables del olor a humedad o cloaca.
- Desinfecta de manera natural: reduce microorganismos en zonas húmedas.
- Desprende el sarro y la suciedad adherida: ideal para rejillas de baño y cocina.
- Previene la formación de moho: gracias a su acción antifúngica.
- Es barato y fácil de conseguir: solo necesitás vinagre blanco común.
Paso a paso para limpiar las rejillas con vinagre blanco
- Verté una taza de vinagre blanco sobre la rejilla que quieras limpiar.
- Dejá actuar entre 15 y 30 minutos para que el ácido acético haga efecto.
- Frotá con un cepillo o esponja para desprender la suciedad acumulada.
- Enjuagá con agua caliente para arrastrar todos los residuos.
- Secá con un paño limpio si la rejilla está a la vista.
- Repetí el proceso una vez por semana en zonas de uso frecuente, o cada 15 días en áreas menos húmedas.



