“Siento la necesidad de hablar sobre esto para prevenir que otros sean víctimas de abuso de poder, especialmente abusos sexuales”, fueron las primeras palabras que escribió una joven cordobesa que en 2019 denunció por violación a un ex cura de Jesús María.
La chica se animó a presentarse en la Justicia más de 20 años después de los aberrantes hechos. “Tenía miedo de que no me crean. Pero finalmente decidí hablar, porque creo que solo la verdad puede traer justicia y paz”, explicó en la carta.
+ MIRÁ MÁS: Recibió 4 disparos, caminó para pedir ayuda y terminó en coma: así fue el ataque
En las últimas horas, la causa fue archivada por la Fiscalía de Jesús María. Guillermo Monti tomó la determinación debido al deterioro de salud mental del ex párroco, que “no le permite entender el proceso judicial que está atravesando”.
En la resolución, el fiscal reconoció que había “elementos suficientes” para acusar a Julio Aguirre de los graves delitos relacionados con la integridad sexual de los denunciantes, que en el momento en que sucedieron los hechos eran menores de edad.
Una de las víctimas lo denunció hace cinco años. En ese momento, el ex cura fue trasladado a una capilla de Córdoba capital. Poco después, el Vaticano, por una investigación propia, decidió expulsarlo de la Iglesia católica.
“Con el transcurso del tiempo, la salud de Aguirre se fue deteriorando de manera significativa y actualmente se encuentra recluido en una institución debido a un avanzado cuadro de problemas cognitivos que le impiden comprender el proceso jurídico al que está siendo sometido, según se señala desde la Justicia”, determinó hace pocos días el fiscal Monti.
La mujer que se animó a denunciar a Aguirre compartió ahora una dolorosa reflexión del calvario que vivió porque “hay que luchar por la verdad y proteger a los más vulnerables”.
La carta completa de la primera denunciante
Hoy quiero compartir con ustedes algo muy importante para mí. En estos días hubo una resolución en mi caso contra el Sr. Julio Cesar Aguirre, quien abusó de mí hace 27 años cuando él era sacerdote. Esta resolución detalla lo que sucedió.
Como persona de fe y trabajadora de la salud, siento la necesidad de hablar sobre esto para prevenir que otros sean víctimas de abuso de poder, especialmente abusos sexuales.
También quiero aclarar cualquier duda que pueda surgir sobre lo que pasó. Sé que puede ser difícil creer que esto ocurrió, ya que es incómodo pensar en que alguien pueda ser tan perverso. Especialmente cuando esa persona parece ser buena en otros aspectos de su vida.
Para quienes hemos sido víctimas de este tipo de acciones, denunciar es muy difícil. Sabemos que seremos juzgados y señalados como mentirosos o exagerados. Además, enfrentamos una carga emocional muy grande.
Yo esperé muchos años antes de poder denunciar. Tenía miedo de que no me crean. Pero finalmente decidí hablar, porque creo que solo la verdad puede traer justicia y paz.
Cuando presenté mi denuncia a la Iglesia católica, el Vaticano tomó medidas y expulsó al Sr. Julio Cesar Aguirre de su posición como sacerdote. Esto fue un alivio para mí. Pero la noticia no se difundió correctamente en mi parroquia, lo que causó confusión entre los fieles.
Seguí adelante con la denuncia para buscar justicia para mí y mi familia, y para alentar a otras posibles víctimas a que también denuncien si han sido abusadas. Mi mensaje es que debemos luchar por la verdad y proteger a los más vulnerables.
Hago un llamado a la solidaridad de todos ustedes:
- Escuchen a los niños y jóvenes.
- Infórmense sobre el abuso sexual.
- Si alguien les cuenta que fue abusado, créanle y apóyenlo.
Si la sociedad no apoya a las víctimas y justifica la violencia, los abusos continuarán. Es importante recordar que la mayoría de los sacerdotes no son abusadores. Pero las instituciones religiosas deben tomar más precauciones para prevenir estos casos.
Espero que mis palabras ayuden a entender el sufrimiento de las víctimas y nos animen a todos a denunciar lo que está mal y luchar por la verdad.
Gracias por escucharme.