El jueves 10 de octubre Germán Maldonado acompañó a su hija a la parada de colectivos de Villa Parque Santa Ana. Eran las 6:30 cuando salieron de su casa y las 7:45 cuando llegaron a la garita. Nunca pensó que tan solo segundos después ocurriría una tragedia que se llevaría la vida de Francisco Ledesma (18).
Apenas llegaron apareció el bus Sierras de Calamuchita. Los niños y niñas fueron subiendo, la mayoría rumbo a las escuelas de Alta Gracia, cuando de repente una Fiat Iveco arrasó con todo lo que estaba a su paso. “Es muy duro, pienso todas las noches que podríamos haber sido dos o tres más”, lamentó en Noticiero Doce con la voz entrecortada al recordar el horror.
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La camioneta conducida por Agustín Muscarello se metió del lado derecho del colectivo, le arrancó la puerta y embistió al estudiante de 7° año de Programación del Instituto Manuel de Falla.
“Sube una compañera, sube mi hija, sube otra nena y queda un nene parado en la puerta y otro nene atrás”, relató el hombre y siguió: “Mirando para los costados, veo que del lado izquierdo aparece una combi a muy alta velocidad”.
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Por puro instinto, gritó “guarda” y se hizo para atrás. Solo alcanzó a manotear una mochila que llevaba puesta Lorenzo, el hermano de Francisco. Eso fue suficiente para salvarlo. “El nene estaba justo subiendo, lo aplastó contra la puerta y lo despidió 5 o 6 metros”, recordó.
Del otro lado de la Autovía Ruta 5 estaba Facundo Ledesma, el papá de la víctima que también había llevado a sus hijos hasta la parada. Ante el acto heroico de Germán Maldonado con su hijo Lorenzo, le dijo: “Gracias por haber salvado a mi otro hijo”.
Un shock que no se va
Maldonado aseguró que aún no puede dormir bien porque las imágenes fatales aparecen en su mente a cada rato. “El único culpable es el que venía manejando la combi”, sentenció contra Agustín Muscarello, detenido en Bouwer e imputado.
“No podía venir tan fuerte, no sé qué quiso hacer ni qué venía haciendo pero venía muy fuerte”, se indignó e insistió en que podrían haber sido más las víctimas: “Ahí siempre hay chicos y siempre estamos los padres que los acompañamos para guardar su seguridad y cuidarlos”. “Es muy doloroso que nos los arrebaten así, ese jueves no me lo olvido más”, cerró.