Prevén que en unos años podría haber un déficit de médicos en especialidades críticas como pediatría, clínica médica, neonatología y terapia intensiva. Este problema comienza a ser evidente en el ámbito nacional pero refleja una tendencia global y multifactorial que pone en jaque al sistema de salud.
“Hoy, nuestros egresados no eligen nuestras residencias. Antes, la demanda superaba ampliamente la oferta, pero ahora más del 50% de las plazas quedan vacantes”, explicó a El Doce Rogelio Pizzi, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba.
Lo que ocurre es que los médicos recibidos están eligiendo especialidades que sean más redituables tales como oftalmología, dermatología y traumatología, entre otras, senaló María José López Pérez, jefa del Departamento de Docencia, Investigación y Compromiso Social de la Clínica Reina Fabiola.
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La baja retribución económica es la principal causa de este fenómeno. Pero también influye el estilo de vida demandante de muchas especialidades médicas y los años de formación, explican los expertos. Por ejemplo, la neonatología requiere más de una década de preparación: seis años para recibirse de médico, cuatro años de la especialidad de pediatría y dos años adicionales de subespecialización.
Un cambio de rumbo: calidad de vida y flexibilidad
Esta tendencia queda reflejada en el testimonio de una médica especialista en terapia intensiva que, tras atravesar un embarazo durante la pandemia, decidió formarse en medicina estética. “Quedé embarazada en medio de la pandemia. Era terapista, mujer y embarazada, lo que me convirtió en paciente de riesgo. Me quedé sin trabajo después de más de diez años de formación. Entonces dije: ‘tengo que hacer algo que me permita ser independiente” contó la doctora Paula Martínez.
A pesar de su pasión por la terapia intensiva, esta profesional decidió complementar su carrera con la medicina estética, un área que describe como menos demandante y más compatible con su vida personal. “Cambia mucho la calidad de vida. Manejo mis tiempos y atiendo a pacientes que vienen felices y se van más felices aún”.
Su experiencia no es única. Cada vez más médicos, independientemente de su especialidad, están optando por áreas más redituables y flexibles. “Somos monotributistas, cobramos a 90 días siendo optimistas y los porcentajes que nos sacan son cada vez mayores. Por eso muchos eligen especialidades que ofrezcan mejores ingresos y mayor independencia”, señaló.
Un desafío global y multifactorial
La falta de médicos en especialidades críticas es un problema que excede las fronteras argentinas. En muchos países, factores económicos, sociales y estructurales dificultan la elección de estas áreas. “De acá a unos años, vamos a necesitar pediatras, médicos clínicos y otras especialidades básicas” manifestó Pérez.
Los expertos coinciden en la necesidad de intervenir con urgencia. Entre las posibles soluciones, destacan la adecuación de los tiempos de formación y la mejora en las condiciones laborales. “Debemos garantizar una formación de calidad, pero acortando los procesos y los tiempos”, enfatiza Pizzi. Sin embargo, Martínez no cree que los años de estudio sean el problema. “Creo que la medicina es así, si no te seguís formando te quedás atrás”, explicó.