Estaba internada en terapia intensiva por un cuadro de meningitis y, a través de señas y garabatos en la cama, pudo relatarle a su padre el calvario que atravesaba. Mediante esa conversación alternativa, el hombre descubrió que a su hija la habían violado tres veces en el Hospital Rawson.
Así se conoció la segunda denuncia de características similares por gravísimos hechos dentro del centro de salud ubicado en la Bajada Pucará. Luego de la primera acusación, Gustavo Cardozo decidió hacer público el caso de su hija.
Antes de morir, Débora, que tenía 36 años a mediados de 2024, le hizo saber a su padre que un enfermero del Rawson la había violado tres veces mientras permanecía en la terapia intensiva.
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“Ella estaba intubada y con señas y garabatos escribió la palabra ‘violación’. Eso me lo reiteró tres veces en tres visitas consecutivas. Las visitas eran de una hora... cuando yo me retiraba, mi hija tenía cara de pánico”, relató su papá en diálogo con Arriba Córdoba.
Entre lágrimas, recordó después: “No me soltaba la mano, no quería que me fuera. Yo con miedo porque tenía una impotencia total, tenía temor a que la dejaran morir. Una semana después le manifestó lo mismo a la hermana y al otro día hicimos la denuncia”.
Gustavo contó que su hija también intentó mostrarles cuál era el enfermero que la había violado en tres oportunidades: “Con sus ojos me fue guiando y así supimos que era uno del turno noche”.
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Más allá de las formas de comunicarse para destapar el horror, el hombre reiteró que “la cara de terror” de su hija “lo decía todo”. “Los últimos días de su vida fueron terribles, y para nosotros también. Notamos su desesperación por no quedarse sola. Cada vez que la veía me iba llorando”, afirmó.
El accionar de la familia no fue fácil. Gustavo reconoció que tenían miedo de denunciar al hospital. “Podían borrar pruebas, podían dejar morir a mi hija, eso era lo que sentíamos, no sabíamos qué hacer”, indicó.
Actualmente, la causa está en manos en la Fiscalía de Instrucción de Delitos contra la Integridad Sexual de Córdoba, a cargo de Juan Ávila Echenique.
Familia destruida
Débora murió el 22 de junio del año pasado. Exactamente dos meses después, falleció su hijito de 6 años a causa de un shock séptico, según les informaron en el Hospital de Niños.
“Cuando murió su madre, él entró en pozo depresivo y nos decía que quería morirse para poder irse con su madre. Dos meses después falleció. Estamos destruidos. Todavía tengo rabia y dolor”, cerró Gustavo.