Prometían libertad financiera y ganar dólares de manera fácil si se suscribían a la organización, pero detrás del supuesto negocio con criptomonedas funcionaba una estructura piramidal que terminó con ocho integrantes condenados por asociación ilícita y estafas reiteradas en Córdoba. La organización L360/IM y operaba como un desprendimiento de la empresa internacional IM Mastery Academy.
La decisión fue tomada por la jueza María Noel Costa, del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 3. El fallo dispuso penas de tres años de prisión para Renato Lucciano Rivarola Oblitas (37), los hermanos Brian (27) y Lautaro Manrique (24), Andrea Bautista Bedoya (31), Gustavo Zamora (28) y Haidar Tawil Abou (25).
Todos eran miembros activos de la red, que entre 2018 y 2022 captó al menos a 29 víctimas, mayormente jóvenes en situación de vulnerabilidad económica. También fueron condenadas María Victoria Gómez (26) y Pamela González (27), quienes recibieron un año de prisión por participar de las estafas.
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Los ocho aceptaron su responsabilidad en la maniobra delictiva y se comprometieron a reparar a las víctimas y cesar la actividad en un acuerdo con la fiscalía N° 1 a cargo de Maximiliano Hairabedian.
“Esto es una secta para volverse millonarios”, sostuvo una de las víctimas que fue rescatada en 2022.
Cómo funcionaba
Según la investigación, la organización ofrecía una supuesta posibilidad de generar ingresos en dólares a través de una suscripción de 185 dólares. Una vez dentro, los “alumnos” debían captar nuevos miembros y muchos vivían en departamentos de la organización en Córdoba, bajo lo que denominaban “la cultura del departamento”, donde se ejercía un fuerte control sobre sus rutinas, metas y vínculos personales.
“La mayoría eran jóvenes fácilmente manipulables, con expectativas de crecimiento y necesidad económica”, sostuvo la magistrada.
La estructura interna incluía roles jerárquicos bajo títulos como “Chairman” o “Platino”, y se organizaban según una lógica piramidal. Rivarola Oblitas, de nacionalidad peruana, fue identificado como el líder del grupo. Algunas víctimas relataron que incluso se presentaba como político y ofrecía charlas de liderazgo para mostrar cómo había logrado “el éxito”.

Además de las penas de prisión, la Justicia ordenó que los condenados se abstengan de participar en actividades similares dentro del país. También se dispuso el decomiso de celulares, notebooks y activos en criptomonedas, y una reparación económica para las víctimas: deberán devolver el dinero de las suscripciones, cubrir gastos de traslado y alojamiento, y abonar un salario mínimo por el tiempo que las personas pasaron dentro de los departamentos.
Se trata de la primera condena a nivel internacional vinculada a la operatoria de IM Mastery Academy, aunque en otros países existen investigaciones por hechos similares. En Córdoba el caso se destapó gracias a una denuncia que dio origen a intervenciones telefónicas, acceso a reuniones por Zoom y otras pruebas clave.