La Justicia Federal de Salta condenó a cuatro hombres por el transporte de 195 kilos de cocaína en mochilas en la zona de yungas de Embarcación, a escasos kilómetros de Bolivia. La causa se originó en agosto de 2024 en un operativo de Gendarmería que descubrió a una caravana de unos 20 mochileros que atravesaban la selva cargados con droga y armas de fuego.
El líder de la banda, Ramón Bernabé Saban, fue condenado a 10 años de prisión como coautor de transporte de estupefacientes agravado y tenencia de arma de uso civil sin autorización. En tanto, Eduardo Aníbal Saban, Miguel Matorras y Juan Franco González recibieron 8 años de cárcel por los mismos delitos. La sentencia la dictaron las juezas Gabriela Catalano y Alejandra Cataldi, junto al juez Domingo Batule.
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El caso se inició el 28 de agosto de 2024, cuando gendarmes que patrullaban el paraje La Porcelana divisaron a un hombre armado seguido por una fila de mochileros. En el juicio, la fiscal Lucía Orsetti explicó que la caravana avanzaba con linternas y mochilas camufladas: “Todos son responsables del transporte porque todos lo sabían; hay un concierto de voluntades reflejado por todos los elementos usados, como las mismas linternas, el trayecto realizado y los comportamientos que tuvieron”.
Durante el operativo, los efectivos lograron detener a Ramón Saban con una escopeta calibre 38 y secuestraron mochilas con 33 kilos de cocaína. Tras un rastrillaje en la selva, hallaron otras 12 mochilas con droga y más armas de fuego. En total, fueron incautados 195 paquetes tipo ladrillo recubiertos con cinta amarilla.

Los acusados intentaron justificar su presencia en la zona como una práctica de caza, pero la fiscalía desechó esa versión. “No es la actitud de un cazador que sale con familia o amigos a hacer una tarea de ocio”, sostuvo Orsetti, al recordar que Matorras llegó incluso a alertar a gritos a sus compañeros cuando advirtió la presencia de Gendarmería.
El tribunal coincidió con la acusación y remarcó la gravedad del hecho: “Hay una modalidad, un propósito y una unidad, en cuanto a la forma de vestir, al camino, a que tenían que darse alerta en caso de ser sorprendidos”. Con esas pruebas, consideró acreditado que los cuatro imputados tenían pleno dominio de la droga y del operativo de traslado.