Los cordobeses ya casi se acostumbraron a andar “pegajosos y brillosos” en la recta final del invierno. Es que la provincia atraviesa una semana con un altísimo porcentaje de humedad y temperaturas elevadas que hacen recordar más al verano que a septiembre.
Las últimas jornadas tuvieron mínimas que apenas descendieron algunos grados y tardes con calorcito que obligó a salir livianos de ropa. Sin embargo, el alivio está cerca, aunque todavía restan un par de días sofocantes.
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El viernes traerá cielo parcialmente nublado, mínimas de 17 grados y picos de más de 30° en algunos puntos de la provincia. El sábado será similar, aunque con chances de lluvia que, según Meteorafa, van del 25% al 60%. Se prevén ráfagas de hasta 50 km/h y una máxima de 28.
La gran novedad llegará el domingo 21 de septiembre, Día de la Primavera, cuando un frente del sur provocará un cambio brusco de condiciones: la humedad se retirará, llegarán las lluvias y el termómetro marcará otra realidad.
De acuerdo al pronóstico, Córdoba pasará de los casi 30 grados a una máxima de apenas 17, con mínima de 6. Un contraste marcado que pondrá fin a la seguidilla de jornadas pesadas y traerá de nuevo el fresco.