La mañana gris y fresca en Córdoba fue escenario de un megaoperativo policial tan insólito como llamativo por el impresionante despliegue. Poco antes del mediodía de este miércoles la atención se concentró en un hotel alojamiento sobre la avenida La Voz del Interior al 5550 hasta donde llegó personal del ETER, negociadores y hasta el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros. Un llamado alertaba sobre una pareja armada y “atrincherada”.
Todo comenzó cuando se activó la alarma de un robo en barrio Villa Belgrano. Una versión indicó que el dueño de la vivienda asaltada resultó ser familiar del encargado del hotel, quien se enteró del hecho a través de un mensaje en el celular. Horas después, cuando una pareja ingresó al telo en un Peugeot 206 y se dirigió a la habitación 18, el hombre creyó escuchar frases sobre “armas, dinero y un asalto”, y decidió llamar a la Policía convencido de que se trataba de los ladrones.
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La situación derivó en un operativo digno de película: negociadores, agentes del ETER y móviles policiales rodearon el lugar, mientras cuatro habitaciones permanecían ocupadas. La escena, con armas largas, sirenas y tensión, despertó la curiosidad de vecinos y conductores que circulaban por la zona.
Ante la negativa de la pareja a salir, los efectivos irrumpieron por la fuerza en la habitación, donde se encontraron con una escena muy distinta a la que esperaban. Los supuestos sospechosos solo estaban manteniendo un momento de intimidad. No había armas, ni dinero, ni relación alguna con el robo que motivó el operativo.
El episodio, que comenzó con una confusión, terminó como un blooper que desató risas y alivio entre las autoridades. La fiscalía de distrito cuatro turno seis intervino en el caso, aunque no hubo detenidos ni imputados. El Peugeot fue secuestrado de forma preventiva para peritajes, pero todo apunta a que se trató de un malentendido monumental.
En medio del cielo nublado y el frío matinal, el “cuento del telo” se convirtió en la anécdota más comentada del día: un operativo de alto riesgo que terminó en una historia de enredos, con final inesperado y sin ningún delito que perseguir.




