Tucumán quedó conmocionada por el brutal asesinato de un nene de 10 años que fue estrangulado mientras dormía en su casa de Villa 9 de Julio. El principal sospechoso es un adolescente de 16 años, amigo de la familia, que quedó a disposición de la Justicia tras llamar al 911 y confesar el crimen.
Según reconstruyó La Gaceta, en esa llamada al Servicio de Emergencias el joven declaró que “se había quedado a dormir en la casa de su amigo y que ahorcó con sus manos al hermano menor, sin saber si seguía con vida”.
Minutos después, personal de la División Homicidios llegó hasta la vivienda ubicada en Paraguay al 100, donde vivían los tres hermanos —de 15, 11 y la víctima de 10— bajo el cuidado de su tío abuelo de 65 años. La madre los había abandonado y el padre había fallecido tiempo atrás, por lo que el hombre era su único sostén.
Al ingresar a la habitación donde dormían los chicos, los policías intentaron despertarlos. Solo dos reaccionaron. El más pequeño ya estaba muerto.
Mientras la Justicia avanzaba con las primeras medidas, la familia del sospechoso vivía horas de desesperación. Su hermana relató que el adolescente volvió a su casa alrededor de las 7 de la mañana del lunes, profundamente alterado, y abrazó a su madre mientras le pedía perdón una y otra vez.
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“Él abrazaba a mi mamá y le pedía perdón. No sabemos nada de él”, contó la joven, que luego detalló que su hermano estaba en tratamiento psicológico por episodios de angustia, aunque aseguró que “no era violento”. “Cuando se sentía mal solía salir a caminar para calmarse”, agregó.
Tras confesar lo ocurrido, el chico se retiró de su casa vestido de negro. Durante la mañana, se comunicó con su hermana para pedirle que la familia se mudara “a otro lugar” y también le envió mensajes a una tía en Buenos Aires, en los que insistió en que había cometido “un error”, pidió nuevamente perdón y dijo tener intenciones de quitarse la vida.

Horas más tarde, el adolescente apareció en una dependencia policial y se entregó. El fiscal Pedro Gallo ordenó su traslado al Centro de Admisión y Derivación (CAD), donde quedó aislado y bajo evaluación de profesionales.
Hasta el momento no hay confirmación oficial sobre si presenta alguna patología psiquiátrica, pese a las declaraciones de sus familiares. Las primeras pericias no detectaron signos de abuso sexual en la víctima, aunque la rigidez del cuerpo motivó que el médico policial solicitara una autopsia para determinar con precisión las causas del fallecimiento.



