Todo Jimenero de ley sabe que cuando suena "Vuelvo a vivir, vuelvo a cantar" en los bailes del Mandamás, significa que la noche terminó. Las luces se prenden del todo y hay que contar los segundos para que La Mona Jiménez se retire del escenario, algo que, incluso, suele suceder un par de canciones antes.
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En ese momento, los fanáticos aprovechan su oportunidad para sacarse la foto con él. Los de la primera fila se miran y van subiendo de a uno, dos o de a tres, respetándose para no hacerlo todos al mismo tiempo.
Francisco es habitué del baile y eligió festejar en el Monumental su cumpleaños número 24, junto a su hermano y un amigo. Lo tenía todo pensado: ir, disfrutar de las canciones y sobre el final regalarse una foto con su ídolo. "Siempre tengo ganas de subirme y abrazarlo, pero como yo hay miles, por eso siempre disfruto mirándolo y bailando, pero esta vez dije: merezco subirme, es mi cumpleaños, hice lo imposible", relató.
Pero la hazaña no le salió como él pensaba. Mientras sonaban los últimos temas, la gente empezó a subir y él esperó su oportunidad. El problema fue que cuando llegó al centro del escenario, Carlitos encaró para el camarín y él se quedó como quien dice "pagando". "Me di vuelta, vi a la gente y me nació bailar para todos, fue una experiencia única", relató.
El público valoró su actitud y lo aplaudió desde abajo. Fran se quedó sin su foto de cumpleaños con Jiménez, pero ese momento no se lo olvida más.