Después de unos largos cuatro meses, la Mona Jiménez volvió a cantarle en vido a su público de manera virtual. Con una puesta en escena impresionante, dentro de un espacio en 360 grados y con una producción totalmente distinta al anterior, este viernes se realizó su segundo streaming en pandemia.
+ GALERÍA La Mona en su segundo streaming:
Con algunas demoras en su comienzo (estaba anunciado a las 23,30 pero estaba caída la página y debieron esperar a que gran parte de la gente pudiera conectarse), pasada la medianoche se abrió el telón virtual para que aparezca su hijo, Carli Jiménez, haciéndole la previa. Como antes de la pandemia, pero en un formato totalmente distinto, un videoclip que incluyó varios de sus temas y una megaproducción en las alturas con bailarinas y mucho color, dio paso para que, a las 0,17 aparezca su papá.
Los acordes del piano anunciaron el comienzo de "Despierta corazón" y un Jiménez sonriente en un escenario circular hizo lo suyo. Algunos problemas técnicos con un micrófono no empañaron lo que para ese momento era una fiesta, en cada casa de los más de 150 mil argentinos que se estima lo estaban viendo.
"Hiciste de mi", la segunda en el repertorio, fue la antesala para uno de los momentos más emotivos de la noche, y que vuelva la piel de gallina del primer tema.
"Esta canción se la voy a dedicar a mi mamá. Para Esilda, que desde el cielo me está viendo. Dos viernes antes de la pandemia fue al baile a verme. Desde el cielo me debe estar viendo, esta canción que tanto te gustaba, esta canción se la dedico para ella", introdujo, y para ese momento, ya todos sabían que detrás venía "Oh mami", canción que la propia madre, quien falleció hace poco más de un mes, dijo era una de sus preferidas.
+ VIDEO La dedicatoria de la Mona a su mamá en el streaming:
"Para vos mami, gracias por haberme dado la vida, gracias por haberme parido, vieja. Gracias Esilda, te llevaré en el corazón por siempre", dijo y comenzó a sonar la intro para que a todos los que estaban viendo se terminen de emocionar. Enganchado llegó "Mi querida ma", para continuar con el homenaje.
En el cuarto tema, se cayó nuevamente la página y todos empezaron a preguntarse si era un problema del internet propio, pero otra vez había fallas en el servidor y demoró unos 10 minutos en volver para todos, con otro clásico, "Señor mayor".
A la Mona se lo vio de muy buen humor, siempre divertido, dialogando con su público, que desde el zoom le hacía el aguante. "Con la caripela que tenemos nosotros, no salimos más, vamos todos en cana", bromeó, mientras hacía "Por portación de rostro".
Y empezaron los sorteos, de un millón de pesos distribuidos de cien en cien. En las casi tres horas que duró, hubo de todo, pero especialmente, el protagonismo de su público, con mensajes grabados desde distintas partes del mundo (Estados Unidos, Alemania, Israel, México, etc) , y la imagen en vivo a su alrededor de los bailarines que lo acompañaban. Algunos bailando en grupo, otros sentados solos y tranquilos, disfrutando el show.
Cada tanto, la pantalla mostraba el proceso de un tatuaje gigante de la cara del ídolo en su espalda, mientras Carlitos seguía poniéndole el alma en cada canción. Y la cámara que no dejaba de girar a su alrededor repartiendo imágenes vertiginosas que dejó a más de uno mareado.
Algunas perlitas del show
Las visuales en 360° fueron la vedette de la noche, a veces el propio Jiménez las hacía protagonistas, como cuando cantó "El león", y se puso a pelear con la imagen de un felino de quien se burlaba: "Ese es un gatito al lado mío, ese es un michi michi", dijo, después de ganarle.
Como en el primer streaming, y a pesar de su pedido durante la semana, otra vez le tocó renegar con los carteles de los fans. El modo espejo de las cámaras en selfie le hacía imposible poder leerlos, y a veces se enojaba: "Están todos dados vuelta", dijo, y aclaró: "Los carteles". Menos mal.
"Terry", "Anímate a pasar toda una noche conmigo", "Muchacho de barrio", "La pupera", "El marginal", "Agujita de Oro", "El federal", no faltó ninguno y en cada casa, la alegría jimenera de volver a ver al ídolo máximo que tiene Córdoba se hizo sentir. "Vuelvo a vivir, vuelvo a cantar", empezó a sonar cerca de las tres de la mañana, y como en cada baile pre pandemia, su público fiel se dio cuenta que la cita había llegado a su fin. Hasta la próxima, Mandamás.