Después de un baile espectacular en la noche del viernes, La Mona Jiménez volvió a dar un show impresionante en su segunda presentación en Forja. Con una avalancha de hits, el Mandamás la rompió toda y dejó satisfechos a sus seguidores, que gastaron las suelas de sus calzados de tanto bailar.
Cuando el reloj marcaba las dos de la mañana, Carlitos salió al escenario y lanzó un desaforado: "A que no...". Acto seguido, los bailarines suspiraron por el inminente temazo que aceleró los corazones y aumentó considerablemente la sed en el inmenso recinto de barrio Talleres, que lució repleto.
Lejos de bajar la intensidad, el Cordobés más Famoso hilvanó hit tras hit. Dos en uno, Ruleta Rusa, La Pupera, La Enamorada, Laura y Mis Horas más Felices fueron algunas de las canciones que integraron el repertorio.
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Sin embargo, uno de los momentos más emotivos de la noche ocurrió cuando entonó las estrofas de Hiciste de mí. Cuando sonaba la parte instrumental del inicio de esa pieza de culto, La Mona abrió su corazón a sus fans. "Los quiero y cantaré hasta que Dios quiera", clamó y Forja se rindió a sus pies.
Al respecto, la cuenta oficial de Instagram de Jiménez publicó un video en el que demostró su alegría y agradecimiento por un par de noches inolvidables. "Estar en Córdoba, con mis amigos, con mi segunda familia que es el público, es impresionante", aseguró con una sonrisa de oreja a oreja.
Otro de los momentos emotivos de la noche fue cuando invitó al escenario al Negro Abraham, percusionista histórica de la banda del Mandamás. El dominicano subió a las tablas y felicitó a Jiménez por la incorporación de mujeres en la orquesta. Además, tocó la tambora en Y te mintió, otro de los temas que disparó la compra de brebajes espirituosos en las barras de Forja.
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Después vino el turno de clásicos jimeneros como Solo Contigo, Amor Secreto, Me muero por ella, Qué tal Pascual, Me desespero y El Renegado. Apenas pasadas las cinco de la mañana, sonó el tradicional Chau, chau, señal de que el carnaval jimenero concluía.
Entre el frío intenso de la noche y los ánimos acelerados por semejante experiencia religiosa, la feligresía se marchó con la satisfacción de haber participado de un fin de semana histórico. El "finde" de la vuelta de La Mona a los bailes propiamente dichos.