El 30 de mayo de 1999, Trulalá sufrió un duro golpe. Su líder, Manolito Cánovas, sufrió un ataque cerebral que lo dejó en coma. Apurado por los tiempos y el gran momento que vivía el grupo, la orquesta tuvo que seguir. Eso provocó algunos conflictos sobre quién quedaría al mando de la empresa.
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En marzo del año siguiente, con Manolo todavía internado, su hijo Mauricio (que tenía apenas 14 años) y el resto de la familia Cánovas se hicieron cargo de la conducción de la banda, poniéndose a sus espaldas un legado difícil de llevar.
A 21 años de ese momento, hablamos con el heredero de la "universidad del cuarteto".
¿Cómo estaba Trulalá cuando pasó lo de tu viejo?
Trula siempre estuvo en una buena situación, si no estaba en el primer puesto estaba en el segundo y donde íbamos explotaba. Ese sábado en el Estadio del Centro se iba a entregar un premio por la mejor canción del año por "Suavemente". Cuando mi viejo faltó, que estuvo un año internado, el público de Trula se empezó a diferenciar del resto por su mística, se hizo más pasional. La mística de Manolo creció y se convirtió en cada vez más poderosa. Es como el amor de un hincha por su equipo.
¿Cómo fue para vos siendo tan chico tener que hacerte cargo?
Fue muy duro porque yo era muy chico y mi papá era la vaca lechera para todo el mundo. Había muchos buitres, gente que no nos quería y que hizo lo imposible hasta ilegalmente por sacarnos con mi familia de Trulalá. Hasta me balearon la puerta de mi casa cuando yo recién entraba. No fue fácil, nos traicionaron muchas veces, pero Trulalá también me dio cosas hermosas. Es el gran amor de mi vida y juré con mi mi alma y mi cuerpo defenderlo hasta el último día.
¿Tuviste dudas en ese momento?
Si, y hasta el día de hoy las tengo. Así como esto tiene cosas hermosas y hay gente que me quiere y me hace sentir valorado y especial, también hay muchas injusticias y críticas sin sentidos. El que escribe normalmente no conoce nada ni sabe lo que viví, probablemente no ha hecho nada de su vida y se ponen a criticarme. En ese momento había gente poderosa que quería quedarse con Trulalá y yo de chiquito le hice frente a eso y no dejé que pasara.
- ¿Cuál es el rol del resto de tu familia?
Mi vieja y mis hermanos son dueños igual que yo y siempre estuvieron, solo que yo soy la cara visible de todo esto. Mi vieja se pasó muchos años viajando de punta a punta el país, tiene unos ovarios de oro por haberse bancado todo lo que se bancó con mi viejo y después conmigo y se merece un homenaje por lo que hizo con esta familia. Diego y Jéssica también, no solo son mis socios sino que son mis compañeros, en Trula y en la vida.
La gente a veces es muy dura con las críticas y no sabe lo que uno está pasando detrás, ¿como hiciste para sobrellevar todo eso?
En los últimos daños fue peor con las redes sociales, hay gente que se cree con el derecho de hablar y opinar de lo que quiere. Hay que saberse medir, yo no opino de cosas que no sé, no hablo sobre lo que hace un abogado porque no tengo idea sobre derecho y con esto debería ser igual. Hay críticas que no me molestan, porque el ser humano siempre va a querer lo de antes y le cuesta mucho aceptar lo nuevo. Me he topado con nenes de 15 años que me hablan de mi viejo y yo tengo unas ganas de decirle, nene, si vos ni lo viste a mi papá, ¿de qué hablás?
- ¿Qué es lo que más te molesta que te digan?
Que me digan que yo fundí a Trulalá no me molesta, porque si no hubiera sido por mí, no pasaba del 2002, ni de cuando se fue Cristian y Claudio. Ahí hubiera muerto Trulalá y yo lo hice durar 20 años más. La gente habla sin saber. Me molesta cuando hablan de algo personal y privado como la familia o que hablen de mi viejo como si lo conocieran más que yo. Que de mí digan lo que quieran, sé como funciona todo esto, yo en el baile doy vuelta esas críticas porque soy el que levanta el baile y está ahí siempre firme. Todas esas cosas pasan por las redes sociales que para mí es un poco ficticio y no le doy tanta importancia.
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Que me digan que canto mal, que toco mal, que no sé armar un tema, o elegir un cantante, les recuerdo que yo lo traje a Pablo Ravassollo, a David Ortiz, al Neno cuando no estaba en su mejor momento y a tantos otros, así que tan mal no he hecho las cosas.
- ¿Cuál es tu mensaje para los trulaleros sobre el futuro?
A cada uno de ellos les digo gracias, por cada momento vivido, por cada apoyo y cada gesto conmigo y con Trulalá. Por cada frase tatuada, cada kilómetro recorrido y ojalá que lo hagan por muchos años más, de corazón.
Que mantengan ese amor incondicional intacto para Trula, que hay muchas cosas nuevas que se están por venir, que se queden tranquilos esto no está nada dicho todavía. Hace 21 años que vengo defendiendo Trulalá, un poquito más que lo que estuvo mi viejo.
Falta mucho más show, más canciones y más bailes por vivir. ¡Aguante Trula y todos los trulaleros!