Un grupo de científicos, financiados por el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, creó un software especial para generar lluvias artificiales. El proyecto que lleva un par de meses en fase de prueba, ya arrojó algunos resultados muy prometedores. Imágenes de varios lugares del país con precipitaciones recorrieron todo el mundo y el experimento empezó a ser consultado por otros países de la región.
Dubai está ubicado en la región en donde menos lluvias hay en todo un año calendario. Apenas 101 milímetros se registraron en los últimos doce meses y las autoridades comienzan a pensar que esta podría ser la solución definitiva a todos sus problemas de sequía y calor extremo. Para dimensionar, en Washington, Estados Unidos, el promedio de lluvia es de 1100 anual.
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El experimento consiste en llevar ondas eléctricas a través de drones hacia las nubes que están a gran altura y de esa manera generar las lluvias. En una situación normal, las gotas de agua en el país de medio oriente son pequeñas y se evaporan antes de llegar al suelo. Este sistema provoca gotas de agua más grandes y con más peso, las cuales sí llegan hasta la superficie.
“Lo que estamos tratando de hacer es que las gotas dentro de las nubes sean lo suficientemente grandes para que cuando caigan, sobrevivan hasta la superficie”, dijo la meteoróloga e investigadora Keri Nicoll a CNN en mayo. Hoy las pruebas son un éxito.
El interesante proyecto generó tan buenos resultados, que hasta en ciertas zonas de Ras al-Khaimah, al norte del país, se generaron inundaciones por la alta cantidad de agua en tan poco tiempo. Y es que ahora el país tiene otro inconveniente: la estructura de caños en las ciudades no está preparada para tantas precipitaciones, por lo que será el siguiente objetivo de las autoridades.
Los drones creados por el equipo de investigación tienen una envergadura de dos metros de ancho. Se lanzaron desde una catapulta y pueden volar durante unos 40 minutos, informó la científica. Durante el vuelo, los sensores del drone miden la temperatura, la humedad y la carga eléctrica dentro de una nube, lo que les permite a los investigadores saber cuándo y dónde deben hacer la operación.