Un niño de de 7 años de Arizona, Estados Unidos, se encontró en la playa una criatura no identificable que captó la atención de todos. Fue en una playa del parque nacional Padre Island National Seashore. A los pocos metros, junto a su padre, encontraron otros tres ejemplares.
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Era una especie inusual, que luego las autoridades identificaron que se trataba de un Dragón Azul o Glaucus Atlanticus, un tipo de babosa marina que posee una picadura muy peligrosa. Solo crece entre tres y cuatro centímetros, lo cual tiene una técnica defensiva implacable debido a las medusas azules que come.
Su color azul se debe a las medusas con las que se alimenta. Su organismo no digiere las células urtucantes de las medusas directamente las almacena en el intestino y las envía hacia sus plumas, para utilizarlas como defensa. “Los dragones azules son muy pequeños, pero no dejes que su tamaño te engañe, tienen una defensa digna del nombre dragón. Su picadura puede ser más dolorosa que la de una medusa. Entonces, si ves un dragón en el parque, sorpréndete porque es un hallazgo raro, pero también mantén la distancia”, comunicaron desde el parque nacional.