Rodrigo Alves hace años que tiene una única obsesión y es parecerse al muñeco Ken, por lo que se ha sometido a muchas cirugías para lograr el parecido.
El último retoque fue una exfoliación química que promete impedir la salida de las arrugas y su cara quedó muy rara, hinchada y grasosa.
Hasta el momento, ya lleva gastado alrededor de 350 mil euros y ahora se someterá a la número 60, poniendo en riesgo su vida, ya que se extraerá costillas para adelgazar.
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Sólo en su nariz, lleva invertidos unos 40 mil euros. Se la retocó tanto que hace poco un cirujano le dijo que "se le iba a caer". Ya nadie recuerda su rostro verdadero, acá, una foto antes de que incursionara en tantas cirugías.