El avance de la tecnología promete hacer desaparecer algunos objetos que nos han acompañado y que han compartido toda una vida.
Productos cotidianos, de empleo frecuente, alimentos que hoy empiezan a desaparecer, algunos por la invasión tecnológica, otros por las plagas amenazantes sin control.
Las razones de la desaparición de ocho elementos cotidianos son variadas. El futuro no los esperará.
Ahora se encuentra en declive el mítico CD (disco compacto). Según el informe "Global Mobile Music Forecast" 2010-2022, para la próxima década, el 95 por ciento de la música se escuchará vía streaming a través de los dispositivos móviles.
Una de las frutas más populares del mundo está en peligro de extinción. Algunos estudiosos ya han bautizado el fenómeno como "Bananaggedon". La responsabilidad radica en un hongo microscópico, el Fusarium oxysporum, que está diezmando los cultivos de banana del tipo Cavendish, cuya producción supone el 95 por ciento.
La televisión, el aire acondicionado, las luces y el equipo de música: el control a distancia es un elemento útil en la actualidad pero que será rápidamente desplazado por la influencia tecnológica. Un estudio de Ericsson le otorgó apenas cinco años más de vida. Según la investigación, será reemplazado por terminales de inteligencia artificial que permitirán manipular el aparato electrónico a través de la voz.
El dinero de plástico está en peligro de extinción. Ya existen proyecciones para desarrollar "wearables", dispositivos inteligentes adhesivos para efectuar pagos sin tener que recurrir a tarjetas de crédito.
Los vehículos motorizados por combustibles fósiles desaparecerán en un plazo más corto del imaginado. La necesidad de "descarbonizar" la atmósfera condena la fabricación de estos instrumentos de movilidad altamente contaminantes. La era de los eléctricos se acerca.
Además, habrá autos sin conductor y empezarán a circular por las calles a partir de 2020. Para lo cual, desaparecerán los registros de conducir.
El extraño caso del whisky es otro ejemplo. La desaparición de destilerías y la producción se estancó en el último tiempo. Y por más que haya renacido con la llegada del nuevo milenio, el whisky puro de malta ("single malt", sin mezcla alguna) escasea. Y, según los especialistas, se tardarán algunos años en añejar las nuevas remesas. Habrá entre diez o quince años de escasez.
Los relojes inteligentes quedarían viejos en el corto plazo, ya que lo que se viene son los tatuajes tecnológicos: adhesivos corporales que portan un microchip capaz de monitorizar la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, entre otros datos vitales.